miércoles, mayo 20, 2009

LA ARMÓNICA DE CRISTAL





El lunes pasado se celebró el Primer Centenario del fallecimiento de uno de los más grandes compositores españoles de todos los tiempos: Isaac Albéniz. Nacido en Camprodón, Gerona, fue niño prodigio y realizó numerosas giras. Tras la prueba de ingreso en el Conservatorio de París, rompió con una pelota un cristal y no se le permitió la entrada, pese a su talento. Estudió en el Conservatorio de Bruselas y sin permiso paterno se escapó a América para tocar. Además de sus obras para piano, entre las que destaca la Suite Iberia, todo un hito en la escritura pianística que le valió la admiración de los compositores y pianistas de la época, escribió también varios álbumes de canciones. En Inglaterra realizó una comedia musical al estilo de Gilbert y Sullivan: El Ópalo Mágico. Más tarde, con la colaboración del libretista Money-Coutts compuso las óperas Henry Clifford, Pepita Jiménez y Merlín (primera parte de una trilogía que se propuso realizar con el título de King Arthur).






Posteriormente, se trasladó a París, centro musical de su tiempo, estableciendo contacto con d'Indy, Chausson, Dukas, Debussy y Fauré (no hay que olvidar que había conocido a Liszt). Fue profesor en la Schola Cantorum y su residencia sirvió de punto de encuentro para otros españoles como Granados y Falla. Entre otras obras, escribió también la zarzuela San Antonio de la Florida.



Desde esta página queremos mostrar nuestra máxima admiración y velar por su memoria en un país que parece no reconocer a sus artistas, puesto que apenas se le ha recordado con los homenajes que se merece.

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