El título, que mezcla elementos del thriller detectivesco, el whodonit y la morality play, es uno de los integrantes de la serie denominada "time plays" del autor y pone de manifiesto, adecuándose a una estructura circular y precisa, la preocupación de Priestley por el tiempo y las consecuencias de nuestro actos en todo el entorno social e histórico. El problema de la recurrencia cronológica, una de las cuestiones que investigó, basándose en las teorías de Dunne y Ouspenski y, en definitiva, la posibilidad de la manipulación del tiempo como recurso para el conocimiento y la rectificación de nuestros errores a nivel moral a través de las segundas oportunidades, vuelve a estar presente en el texto, como los precedentes de Dangerous Square (Esquina peligrosa), Time and The Conways (La herida del tiempo) y I have been here before (Yo estuve aquí antes).
Nocha destacó el propósito didáctico del texto y defendió a los personajes, limitados por sus circunstancias en una sociedad postvictoriana, cuyos estrictos cánones fueron recordados por María. Pepucha también reivindicó el papel de Eric, un personaje en inicio "descarriado" que obtiene la redención al final de la obra. Chus y Aurora se sumaron al debate originado en torno al final abierto que plantea el texto, en el que se esgrimieron explicaciones distintas a la hora de razonar su interpretación. Los temas de la responsabilidad individual, las diferencias generacionales y de género, la lucha de clases y los derechos de los trabajadores, son algunos de los temas que se plantean en la obra, que refleja la admiración por autores como George Orwell y H. G. Wells, así como un mensaje próximo a posturas del socialismo fabiano del que fue defensor desde las filas del Common Wealth Party, apoyo fundamental del Partido Laborista. La enseñanza principal, en cualquier caso, que pretende transmitir, no sólo a un público conmocionado tras la Segunda Guerra Mundial, sino a cualquiera de nuestra época actual, a través de unos personajes quizá prototípicos pero que representan nuestras miserias y egoísmos, en una historia en tiempo real que se desarrolla en un único escenario, es la necesidad de abrir los ojos de los espectadores a la realidad de nuestros semejantes y conmovernos en sentido literal, con el objetivo final de una transformación real para la mejora de la sociedad.