miércoles, septiembre 28, 2011

MÁGICO BOSQUE



[SONETO]

Mira los concentrados avellanos que ciñen
esa vieja y gris piedra, guardada del fulgor
del sol de mediodía -aun los rayos que juegan
y atisban, mientras sopla el libre y rudo viento,

rara vez tocar pueden el musgo que recubre
ese techo, a la sombra de la cúpula verde,
que parece formar la imagen de una tumba
donde yace un antiguo Jefe, entre las montañas

solitario. ¡Vivid, árboles! Tú, gris Piedra,
guarda la pensativa imagen de una oscura
cámara donde duermen los Poderosos: algo

más que la Fantasía se pliega a la influencia
si la Naturaleza solitaria se aviene
a imitar la perdida humanidad del Tiempo.


William Wordsworth (1770-1850).

CLUB DE LECTURA DE ADULTOS



Os damos la bienvenida en el comienzo del Curso 2011-2012. La primera sesión del Club de Lectura de Adultos se celebrará el próximo martes, día 4 de octubre a partir de las 18.15 horas, y se centrará en los títulos El Túnel de Ernesto Sábato y El rumor del oleaje de Yukio Mishima. Estáis todos invitados. Os esperamos.



LA ARMÓNICA DE CRISTAL. TRAYECTORIAS SONORAS




Bienvenidos a La Armónica de Cristal en este comienzo del Curso 2011-2012. Hoy nos sumamos al particular homenaje al mundo del bosque que estamos realizando desde este Blog con la obra que hemos escogido este martes: el singspiel El Cazador Furtivo de Carl Maria von Weber (1786-1826). En este título, ejemplo paradigmático de la ópera romántica alemana, el bosque representa un lugar central en el argumento. Weber, autor curtido en el ambiente operístico, no sólo como compositor sino también como director (ocupó este cargo en los teatros de ópera de Praga y Drese), se basó en la lectura de las leyendas recopiladas en el Gespensternbuch (Libro de los Fantasmas) por August Apel y Freidrich Laun en 1810. Siete años más tarde, su encuentro con el abogado y literato Friedrich Kind, ligado al círculo de Dresde, dará lugar al libreto, en cuya elaboración Weber participó directamente, según manifiesta su correspondencia con el crítico J. C. Lobe. En julio de 1817, comienza la composición de la obra, que culminará en 1820 y llevará por títulos iniciales El disparo de prueba y La novia del cazador.

La presencia de elementos del Primer Romanticismo es definitoria en la obra: la inspiración en el paisaje, gran protagonista de la obra (bosque centroeuropeo, en este caso de Bohemia), la elección de escenas pintorescas y rasgos del folklore popular de honda raíz nacionalista, la intervención de elementos sobrenaturales y la lucha entre estereotipos del bien y del mal, que finaliza con el triunfo del bien gracias a la intervención de la justicia divina a través de la redención por amor (en este punto encontramos conexiones con La Flauta Mágica y El Holandés Errante). Hay que recordar los contactos de Weber con escritores románticos como Brentano y von Arnim en Heidelberg, Tieck en Baden-Baden y E.T.A. Hoffmann en Bamberg (éste acogerá desfavorablemente el estreno de El Cazador...). El argumento, que se desarrolla después de la Guerra de los Treinta Años, nos relata la historia de un amor dificultado por la intervención de fuerzas maléficas, que impiden la celebración del esperado matrimonio y que finalmente son superadas gracias a la acción de un ermitaño. 
Desde el punto de vista musical, en El Cazador Furtivo están presentes innovaciones como la consecución típica de la ópera alemana de una unidad dramática y estructural, que va más allá de la separación de números aislados de la ópera italiana (recitativo-aria), si bien admite un fuerte componente de eclecticismo, en el que caben pasajes de influencia italiana de gran lirismo y francesa (escenas al aire libre, coros y bailables, solos instrumentales), desarrollados con gran fluidez en la mezcla de técnicas (escritura coral, Lied, melodrama, arioso, danzas alemanas, canciones estróficas, orquestación permanente). Por otra parte, Weber persigue, siguiendo la estela de los autores operísticos alemanes, una concepción totalitaria de la obra, en la que adquieren igual importancia elementos como la escenificación, luminotecnia, gestualidad, etc. La dualidad condicionada por la línea argumental se manifiesta, asimismo, en el contraste presente en muchos niveles entre sonoridades oscuras y luminosas y el simbolismo atribuido a instrumentos (trompas: bosque y vida campesina; registros graves de cuerda, clarinete y fagot más percusión  lo siniestro; violoncello: bondad encarnada por la novia Agathe), tonalidades (menores: oscuridad; mayores: luz y bondad) y materiales melódicos (reaparecen de manera recurrente desde la Obertura).
El fragmento que hemos seleccionado de este título es la "escena y aria" de Agathe del Segundo Acto, para soprano lírica o lírica-spinto. La protagonista, en medio de pensamientos turbulentos reza y espera a su amado, recreando la ensoñación del anochecer en un episodio de gran dificultad. El fragmento culmina, al oir los pasos del protagonista, con un "heroico" allegro, en el que se reproduce el material melódico central de la ópera (aparecido ya en la Obertura y que concluirá la ópera en el brindis final). Sigue a un breve recitativo que es continuado con una oración íntima (Leise, leise, fromme Weise). Este aria ocupa un lugar primordial en la ópera romántica alemana, no sólo por sus exigencias técnicas, sino por su demanda de una gran cualidad dramática para transmitir la emoción interna del personaje, aspectos que han ejemplificado las interpretaciones de cantantes como Elisabeth Grümmer o Gundula Janowith.

¿Cómo se ha de acercar a mí el sueño,
antes de haberle visto?
¿Sí, el amor y las preocupaciones
muchas veces van de la mano!
¿Brillará la luna en el camino?
¿Qué noche más hermosa!
¡Despacio, despacio, elévate dulce canción!
Lleva mi canto hasta el estrellado cielo.
¡Resuena, canción alegre! ¡Flota festivamente!
Lleva mi plegaria a la mansión celestial.
¡Cuán claramente brillan las doradas estrellas!
Sólamente allí en la lejanía,
sobre los montes,
parece que se levanta una tempestad.
Allí, en el bosque, flota un ejército
de oscuras nubes sofocantes y pesadas.
¡A ti levanto yo las manos
Señor sin principio ni fin!
Para protegernos del peligro
¡envíanos tus legiones de ángeles!
El silencio hace ya tiempo que lo cubre todo;
Querido amado,
¿dónde estás?
Aunque mis oídos escuchan ávidamente,
solamente murmuran las copas de los pinos;
solamente el follaje de los abedules en la arboleda
susurran en el silencio solemne.
Solamente el ruiseñor y el grillo
parece que se alegran del fresco aire nocturno.
¿Pero cómo? ¿No me engaña el oído?
¡Allí resuena como si fueran pasos!
¡Allí en medio de los pinos!¡Alguien viene!
¡Es él! ¡Es él!
¡La bandera del amor debe ondear!
Tu amada vela ¡aún en la noche!

¡Parece que aún no me ha visto!
Si no me engala la luz de la luna,
¡adorna su sombrero un ramo de flores!
¡Con certeza, él ha hecho el mejor disparo!
¡Es un buen presagio de felicidad para mañana!
¡Oh, dulce esperanza, mi ánimo renace!
¡Mi pulso se acelera
y mi corazón palpita impetuosamente,
con su dulce deseo!
¿Puedo atreverme a tener esperanza?
Sí, la suerte vuelve nuevamente
a favor de mi amado
¡y mañana le seguirá siendo fiel!
¿No es un engaño?
¿No es una ilusión?
¡Cielos, aceptad estas lágrimas de agradecimiento
como prenda de esperanza!

MÁGICO BOSQUE



"Cuando ya conocimos bien esa carretera antigua volvimos, para variar, si es que a la ida no pasábamos por allí, por otro camino que cruzaba los bosques de Chantereine y Canteloup. La invisibilidad de los innumerables pájaros que se respondían de árbol a árbol por todos lados daba la misma impresión de descanso que cuando se tienen los ojos cerrados. Encadenado a mi banqueta del coche como Prometeo a su roca, iba yo escuchando a aquellas mis Oceánidas. Y cuando veía por casualidad a algunos de los pájaros pasar por detrás de unas hojas, había tan poca relación aparente entre él y los trinos, que yo me resistía a ver en ese cuerpecillo saltarín, asustado y ciego, la causa de los cantos.
Aquel camino era, como tantos otros de esa clase que suelen encontrarse en Francia; subía en cuesta bastante pendiente, y luego iba descendiendo muy poco a poco, en un trecho muy largo. En aquellos momentos no me parecía muy seductor, me alegraba volver a casa. Pero más tarde se me convirtió en fuente de alegrías porque se me quedó en la memoria como un recuerdo en el que irían a empalmarse todos los caminos parecidos por donde yo había de pasar más adelante en paseos o viajes, sin solución de continuidad, y que gracias a él podían ponerse en comunicación con mi corazón. Porque en cuanto el coche o el autonóvil se entrara por una de esas carreteras que semejase  continuación  de la que recorríamos con la señora de Villeparisis, mi conciencia actual encontraría para apoyarse como en su más reciente pasado (abolidos todos los años intermedios) las impresiones que sentía en aquellos atardeceres paseando por los alrededores de Balbec cuando las hojas olían tan bien e iba elevándose la bruma, cuando más allá del primer pueblecillo la puesta de sol entre los árboles era como otro pueblo más, forestal, distante, al que no podríamos llegar aquella misma tarde. Y esas impresiones, enlazadas con las que experimentaba ahora en otras tierras y caminos semejantes a aquéllos, rodeadas de todas las sensaciones accesorias de respirar libremente, de curiosidad, de indolencia, de apetito y de alegría, a ellas inherentes, habían de reforzarse, habían de adquirir la consistencia de un tipo particular de placer, casi de un marco de vida con el que rara vez volvería a encontrarme, y en el cual, el despertar de los recuerdos colocaba en medio de la realidad evocada, soñada e inaccesible que me inspiraba en esas regiones por donde cruzaba algo más que un sentimiento estético: el deseo pasajero, pero exaltado, de vivir allí para siempre".


Marcel Proust (1871-1922). En busca del tiempo perdido. 2. A la sombra de las muchachas en flor (1919-1927).

BENVIDOS A ÁFRICA

 Non vaiades crer que cambiamos a biblioteca por unha axencia de viaxes. Tampouco é que nos equivocaramos e que esta entrada fose para Cataboisbioxeo. Non. Desde este espazo que nos une co mundo anunciamos que a biblioteca abre as súas ventás aos internautas que visitan este blogue, e que comeza un novo ano escolar cuxo eixo temático será África.




Un curso máis seredes vós protagonistas dos nosos concursos, integrantes do club de lectura xuvenil; seredes quen animen os seus maiores para formaren parte do clube de lectura de adultos, seredes os usuarios e usuarias de todo o material bibliográfico, audiovisual e informático que na biblioteca atoparedes para os vosos traballos escolares e para o voso lecer.


Pero ademais, este ano queremos darvos a coñecer ese fascinante e menosprezado continente que é África.
Camiñaremos polo deserto con Lawrence de Arabia
saberemos máis dos seus nenos
poderedes visualizar a vida dos seus animais,
ler algúns dos seus contos e lendas,
perdervos e buscar alguén en África,
saber algo máis da súa historia...


Benvidas e benvidos a África.
Benvidas e benvidos á biblioteca.