Enrique Barrera culminó su disertación recitando el poema Invictus, del poeta inglés William Ernest Henley y el texto de Bertold Brecht Hay quien lucha, dos clásicos literarios que, a su juicio, reflejan la voluntad inquebrantable de José.
El recuerdo a la parte más íntima y familiar de José Beceiro correspondió a su nieto Fernando, al tiempo que subrayó cuatro dimensiones en la relación de su abuelo con la Literatura: como lector, escritor de "serena prosa con tanto sentimiento", conversador de natural oratoria y buen "escuchador". De su carácter también destacó su humor y resumió su trayectoria vital como una "historia de amor" por su esposa, hijos, nietos y biznietos, amigos, etc., un sentimiento que también extendió a la cultura, y cuyo ejemplo ha heredado su extensa y unida familia. En palabras de su nieto, "su vida fue y su legado es, inmenso legado intelectual y sentimental". Corresponde ahora a los suyos respetar el mensaje íntimo de José, transmitido en los últimos momentos, en los que les pidió que fueran "unidos y felices". Quiso referirse en las emotivas palabras el nieto a Aurorita, merecedora también de este homenaje, evocando el momento en que se conoció la entrañable pareja y el discurrir de una "vida a cuatro manos", plena en "felicidad compartida". Despedimos ya la crónica de este momento emocionante con una sonrisa dedicada a José. Hasta siempre.
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de las circunstancias
No me he lamentado ni he llorado.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se doblega.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Se acerca inminente el Horror de la sombra,
Y aun así la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley (1849-1903).
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, ésos son los imprescindibles.
Bertold Brecht (1898-1956).