jueves, abril 30, 2015

CLUB DE LECTURA DE ADULTOS "JOSÉ BECEIRO"


La sesión del Club de Lectura de Adultos "José Beceiro" del mes de abril estuvo dedicada al escritor Rafael Chirbes, cuya premiada novela En la orilla nos sirvió para analizar la trayectoria del autor considerado en la actualidad como máximo referente de la denominada "novela de la crisis", y en la que se inscriben autores de tendencias muy diversas como Isaac Rosa, Marta Sanz, Alberto Olmos, Pablo Gutiérrez, etc. Pero es reconocida la postura honesta de Chirbes, ajena a voluntades oportunistas de otros coetáneos. Su certera visión  de la crisis económica y sus consecuencias, que continúan a modo de díptico el panorama  demoledor avanzado en Crematorio, es aún más desgarradora en cuanto nos ratifica la perpetuación de la extinción irremisible de los ya escasos valore de nuestra sociedad. La obra, que pretende ser una sacudida a nuestras insensibilizadas conciencias,  nos muestra en su máxima crudeza la realidad de que somos partícipes y a la que hemos contribuido con nuestras aletargadas  actitudes y asume el propósito, como él mismo ha opinado respecto de la Literatura, de superar la voluntad catártica a través de un "proyecto emancipador o de transformación política y social" por parte  del lector. Y este empeño se ha venido demostrando a través de su obra, cuya coherencia, resaltada por la crítica española tardíamente, en comparación con la alemana, se manifiesta en ese gran fresco que está pintando de la historia española desde la Guerra Civil hasta nuestros días, y que ha sido comparado con otros realizados por autores como Zola o Musil. Como Chirbes ha insistido, "todas las miradas son históricas" y el escritor nos transmite la propia a través del juego coral de voces de diferentes personajes, que constituye la trama y cuya polifonía conforma como una suerte de conglomerado de pinceladas ese cuadro cuya perspectiva global propone. Su formación en Historia Contemporánea le proporciona, por otra parte, una capacidad para la disección impecable. Sin embargo, en la novela existe un alejamiento consciente de la novela de ideas y de cualquier intento de interpretación de la realidad, reflejada a través de unos personajes cuyos anhelos y evoluciones reproducen los mecanismos pulsionales más elementales.
 La prosa instintiva pero estructuralmente compleja de Chirbes, cuya adhesión al realismo, partícipe de la tradición desde la picaresca hasta los clásicos del siglo XX (sobresale su enorme admiración por Galdós), y de la que se muestra un acérrimo defensor frente a otras posiciones estéticas, ha sido calificada de "ultrarrealista". Su maestría en el uso del lenguaje transmite con su escritura sensorial (su admiración por la pintura y música, de los que trata de huir formalmente, es fundamental y las conexiones reconocibles con autores como El Bosco, Francis Bacon o Lucien Freud, son tan evidentes como sus relaciones con los impresionistas franceses o Kurt Weill, por sólo citar algunos) una perfecta panorámica de la degradación moral actual simbolizada por el marjal ("El pantano es una metáfora del país", ha señalado el autor).

En la sesión también hubo referencias, y de manera especial, en este curso dedicado a Gastronomía y Literatura en nuestra biblioteca, a la trayectoria en la revista Sobremesa de Chirbes, publicación en la que ha puesto de manifiesto sobradamente sus conocimientos culinarios y enológicos. La becada, a la que hace referencia en la novela y el socarrat, uno de sus platos preferidos, nos sirven desde esta página para ilustrar este otro aspecto del escritor valenciano, al tiempo que abrir boca "literaria" y acercarnos al resto de sus obras.
Tras esta desalentadora imagen de la sociedad española contemporánea, cabe preguntarse si hay lugar para otra visión, mientras carecemos aún de la distancia necesaria para enjuiciar con objetividad las repercusiones de su convulso periplo. Resulta difícil cuestionarse si bajo esas capas y capas de pintura que conforman este espacio devastado por la deshumanización, subyace una pátina prístina y brillante, como las propias aguas del marjal en sus comienzos, hoy contaminadas bajo limos que albergan nuestros putrefactos objetos de codicia. Y esta reflexión protagonizó la segunda parte del encuentro de nuestros miembros del Club.  A la apabullante sensación de pérdida tras esta muestra asfixiante de las consecuencias del hombre depredador, le sucede una defensa de la esencia del mismo, que supera esa perspectiva materialista: la esperanza que anida en su sensibilidad y su capacidad para sorprender con los valores más benignos y conciliadores.




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