LA ARMÓNICA DE CRISTAL. TRAYECTORIAS SONORAS


Grieg había compuesto, durante sus estudios en Alemania, un Cuarteto en Re menor, hoy perdido, que contenía una fuga, y que fue descrito por el mismo autor como un ejemplo influenciado por Schumann, Gade y Mendelssohn. Su incursión en el mundo del cuarteto de cuerda no era, por tanto, nueva, a pesar de que son sus piezas para piano y para voz y piano, además de las citadas anteriormente para orquesta, las que integran la mayor parte de su producción. Anteriormente había escrito varias sonatas para violín y piano y su luego famoso Concierto para Piano en La menor. Después de la composición a la que hoy dedicamos esta sección, Grieg iniciará la escritura de un nuevo título dentro del repertorio cuartetístico, el Cuarteto en Fa menor, que data de 1891, y en el que su maestría en el dominio del género se plasmará en sus dos movimientos, excepcionalmente en los ritmos de danza del segundo.


La osadía de Grieg se manifiesta también a nivel formal en el material de transición al segundo grupo temático del primer movimiento, que aparece, como una unidad casi independiente, comparable, según algunos especialistas, a la presentación del segundo grupo temático del tercer movimiento del Concierto para Piano.
Mis pensamientos estaban con ella
cada anochecer del verano,
pero el camino conduce al río
en el rociado matorral del aliso.
Oh, si tú conociste el terror y las canciones,
podías hechizar la belleza de un pensamiento,
¡de ahí que en las grandes iglesias y salones
ella pensaría en seguirte!
Yo evoqué el espíritu del agua desde las profundidades;
él me tocó directamente desde Dios;
pero en el tiempo en que llegué a ser su maestro,
ella fue la novia de mi hermano.
En grandes iglesias y salones
yo me reflejo a mí mismo,
y el terror y canciones del espíritu
nunca están fuera de mi mente.
Henrik Ibsen.
Mis pensamientos estaban con ella
cada anochecer del verano,
pero el camino conduce al río
en el rociado matorral del aliso.
Oh, si tú conociste el terror y las canciones,
podías hechizar la belleza de un pensamiento,
¡de ahí que en las grandes iglesias y salones
ella pensaría en seguirte!
Yo evoqué el espíritu del agua desde las profundidades;
él me tocó directamente desde Dios;
pero en el tiempo en que llegué a ser su maestro,
ella fue la novia de mi hermano.
En grandes iglesias y salones
yo me reflejo a mí mismo,
y el terror y canciones del espíritu
nunca están fuera de mi mente.
Henrik Ibsen.
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