viernes, febrero 19, 2010

ONDAS Y ESFERAS






Bienvenidos a Ondas y Esferas. Hoy traemos a la memoria una obra que no deja de sorprendernos pese a su aparente sencillez y cuyo enigmático título continúa envuelto en un halo de hondo misterio más de cien años después de su composición. La pregunta sin respuesta de Charles Ives, escrita como parte del Díptico Dos contemplaciones, en 1906, es una de las obras más difundidas del autor estadounidense, pese a su carácter críptico. Perteneciente a la etapa inicial de este innovador compositor, cuya producción se dio a conocer tras su muerte, es una muestra de la ambición experimental y y de la postura libre del artista respecto a crítica y público. Recordemos que Ives desarrolló una "doble" existencia como corredor de seguros y creador musical, que le permitió indagar en la naturaleza de sus armonías atrevidas sin renunciar a sus raíces y a la evocación de efectos sonoros cotidianos. Ello tiene su reflejo en esta obra, cuya sustancia tonal, conservada en la cuerda, avanza imperturbable, a través de interrupciones disonantes a cargo del viento.
Para algunos críticos, éstas encarnarían nuestras incertidumbres humanas ante la Naturaleza perenne que sólo proporciona respuestas irresolutas. Para Leonard Berstein es la trompeta quien, a través de sus intervenciones contesta implacablemente a nuestras dudas. Otros han definido ha calificado la partitura de "composición cósmica", cuyo camino trasciende nuestras limitadas realidades.


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