lunes, marzo 14, 2011

CLUB DE LECTURA DE ALUMNOS


El tema de la difusión de los libros electrónicos o la pervivencia de los libros tradicionales de papel fue una de las cuestiones que iniciaron la sesión del Club de Lectura de Alumnos del pasado viernes. Victoria nos planteó inteligentemente este "dilema" a todos los lectores. Comenzó de inmediato una discusión sobre cada una de las posiciones a favor de uno y otro formatos. El ahorro de papel, la evitación de problemas de conservación como la humedad o determinados insectos cuyo plato preferido es la celulosa, fueron algunos de los argumentos que surgieron a favor del libro electrónico. Sin embargo, Mónica recordó la comodidad del libro de papel, la no dependencia tecnológica o la persistencia del tipo de lectura según la percepción visual lectora occidental. Scherezade (4º) añadió los problemas aún no solucionados en cuanto a la resistencia óptica de nuestros ojos a las pantallas actuales. En cualquier caso, el libro debe superar siempre la mera función decorativa que muchos le atribuimos con frecuencia. Otra cuestión relacionada con ésta fue la necesidad e importancia de la creación de una biblioteca personal y la apreciación de ésta como transmisora de conocimientos y saberes no sólo académicos o artísticos, sino también reflejo de la personalidad del lector, de nuestros antepasados más lejanos o nuestros familiares inmediatos, a través de la biblioteca como herencia que trasciende lo material.
Continuamos luego con las opiniones sobre Otra vuelta de tuerca de Henry James. Se volvió a incidir en la temática de la obra, que no está relacionada con el terror, sino, más bien, con un problema de índole psicológico, cuya intriga  interesó de manera distinta a los lectores. Pablo afirmó que el ambiente no le proporcionó ninguna emoción cercana al miedo, sino una curiosidad más propicia a ahondar en un entorno tan diferente e incluso agradable. Victoria incidió en aspectos sociales subyacentes en éste, tan recurrente en muchas novelas (residencia campestre rodeada de jardines con institutriz, marcada diferenciación social, etc.), así como en el tema de la enseñanza, tal como aparece planificada en ese trasfondo.
Volviendo al tema del terror, los componentes del Club recordaron algunas de las novelas que les han propiciado en mayor medida una sensación desasosegante: Cecilia recordó un pasaje de La princesa de hielo de la sueca Camilla Läckberg, Alfonso nos recomendó unos relatos breves de terror sobrenatural titulados Relatos de fantasmas de M. R. James, que leyó siendo adolescente, así como las series que llevaban por título Alfred Hitchcock presenta... y que se encontraban en las bibliotecas juveniles del momento. También se refirió a Stephen King, autor que, pese a sus carencias literarias, muestra una capacidad insólita para generarnos estados de gran ansiedad, sobretodo en Cementerio de animales e It
Victoria puso sobre la mesa la cuestión de por qué nos gusta tanto el miedo. Christian contestó inmediatamente que es debido a nuestra infinita curiosidad. Scherezade (3º) comentó que era una cuestión de adrenalina. Alfonso señaló que la causa reside en nuestra innegable atracción por el abismo, teoría psicológica que se reafirma con la sensación de seguridad del lector o espectador, que es consciente de que se encuentra fuera de la acción. Apuntó también que un libro que le había causado una alta dosis de turbación fue El señor de las moscas de William Golding. En este punto, Cecilia hizo hincapié en la crueldad de muchos niños. Alfonso incidió en que que esta novela muestra los impulsos atávicos soterrados en la sociedad actual y que su lectura había sido desasosegante. Culminó la sesión cuando Estefanía describió que había libros que no se pueden guardar bajo la almohada. Espero que os animéis a descubrirlos. Felices lecturas.

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