miércoles, octubre 26, 2011

MÁGICO BOSQUE


"Todo fue en vano. Por más que recorrieron los bosques y rebuscaron entre los matorrales, no lo vieron en ninguna ocasión. Se mataban lobos, pero a aquél no. Y a cada noche subsiguiente a la caza del animal, como en venganza, éste asaltaba a algún caminante o devoraba alguna res, siempre lejos de donde lo habían estado buscando.
Una noche se introdujo incluso en el chiquero del castillo de Arville y se comió a los dos lechones más hermosos.
Los dos hermanos se encendieron de cólera y consideraron aquella incursión como una bravata del monstruo, una ofensa directa, un desafío. Cogieron a sus sabuesos más resistentes, habituados a perseguir a los animales peligrosos, y dieron comienzo a la caza, llenos de furia.
Desde el amanecer hasta la hora en que el sol color púrpura se pone tras los grandes árboles desnudos, exploraron la espesura sin encontrar nada".




Guy de Maupassant (1850-1893). El lobo. 1882.

martes, octubre 25, 2011

LA ARMÓNICA DE CRISTAL. TRAYECTORIAS SONORAS




Bienvenidos un nuevo martes a La Armónica de Cristal. Hoy retomamos el género de la música de cámara con el primero de los ejemplos de Johannes Brahms de sus preferencias por las formaciones inusuales: el Sexteto para cuerda Número 1 en Si bemol Opus 18. Como ya nos hemos referido en anteriores ocasiones al compositor hamburgués, no señalaremos a propósito de su trayectoria biográfica, sino que esta pieza, concluida en septiembre de 1860, se estrenó un mes más tarde en Hannover, gracias a la iniciativa de su amigo, el violinista y compositor Josef Joachim. Su inmediato éxito se prolongó en las interpretaciones en meses sucesivos en Leipzig (en noviembre fue escuchada con entusiasmo por Clara Schumann) y Hamburgo (fue dada a conocer en enero del siguiente año). En esta ciudad se editó en 1862, año en que Brahms se establece definitivamente en Viena. La partitura fue la primera de sus obras de cámara impresas, pues el precedente Trío con piano Opus 8 (1854) sería sometido a revisiones con posterioridad. Pese a su temprana concepción, el Sexteto es una obra de amplias dimensiones y factura compleja, en la que se muestra, como se ha señalado reiteradamente, la extraordinaria combinación brahmsiana del equilibrio clásico, enraizado en la herencia de Haydn, Beethoven y Schubert, con el lirismo característico del autor.
Por otra parte, se trata de una de sus obras más optimistas, no exenta de humor. La composición parece transmitir los momentos de plácida felicidad del autor en Hamm, a orillas del río Elba, en la primavera y verano de 1860,  cuando tuvo lugar su escritura. De hecho, se ha subtitulado la pieza con la indicación de Frühlingsextett (Sexteto de la Primavera), en clara alusión a su inspiración en la Naturaleza, y con un carácter cercano al de las serenatas para orquesta de esa época. 
Dentro de los 24 títulos editados que integran la producción de cámara de Brahms, una de las más coherentes de todo el repertorio de este género, la elección de la formación de sexteto (dos violines, dos violas y dos violoncellos), agrupación para la que dedicará otra partitura (Sexteto en Sol Mayor Opus 36) es antecesora de sus quintetos y cuartetos, que son posteriores. Existen pocos precedentes para este conjunto, entre los que cabe mencionar los de Boccherini, Pleyel y Spohr (con piano sí tenemos otros ejemplos, como el de Mendelssohn). Le seguirán títulos de Tchaikovski (ya nos referimos a su Souvenir de Florencia el curso pasado), Dvorák y Schönberg (gran admirador de Brahms, no hay que olvidar su Noche transfigurada), entre otros. Como en otras partituras camerísticas, el Sexteto sirve como vehículo de experimentación formal dentro de los moldes tradicionales de sus movimientos, especialmente de los extremos, donde amplía el número de grupos temáticos y prolonga la extensión de desarrollo y codas. Asimismo, existen conexiones motívicas entre los movimientos primero y cuarto. El Primer Movimiento presenta tres materiales principales, destacando el primero por su gran fuerza expresiva, contrastante con los siguientes. Cabe subrayar la reaparición del primer motivo en la conclusión, así como la gran Coda con pizzicati. El Segundo Movimiento es una serie de sencillas variaciones sobre un esquema de 16 compases de aire popular, pero serio. De las seis variaciones sobresale la cuarta, en el homónimo mayor y la siguiente, especie de aire de danza musette. Este movimiento se ha popularizado por su inclusión en la segunda película de ficción de Louis Malle, Les Amants (1958). El breve Tercer Movimiento, de corte beethoveniano presenta también una Coda de finalización. El Cuarto Movimiento retoma el carácter de rondó con reminiscencias de Haydn y ambiente vienés en su primer grupo temático de inspiración popular.  
El propio compositor realizó la transcripción para piano a cuatro manos de esta obra, que conserva una frescura inusitada y representa uno de las mejores muestras del repertorio para acercarse a la música de cámara.


lunes, octubre 24, 2011

DIA INTERNACIONAL DA BIBLIOTECA

Hoxe, máis que o día da biblioteca, debera ser o día desas persoas que conseguen facer dos "depósitos de libros" (como algúns din), lugares de encontro e lecer. Desde a biblioteca do IES Catabois, querémoslles dar os parabéns a todos os bibliotecarios e bibliotecarias polo seu labor incansable.
E, desde este blogue, salientamos o traballo desinteresado e impagable de profesoras e profesores que empregan moitas e moitas horas fóra do horario para conseguiren unha biblioteca escolar acolledora, dinámica, motivadora, relaxante (adxectivos achegados polo noso alumnado).
Deixámosvos un par de enlaces:
  • Bibliotecas escolares, por se aínda hai alguén que non coñeza esta páxina.
  • As 99 mellores bibliotecas do mundo, achegadas en radiofusión.
  • Vídeo coas bibliotecas máis fermosas do mundo.


GOZADE COA LECTURA

miércoles, octubre 19, 2011

MÁGICO BOSQUE

 
"Por un instante, Orlando se quedó contando, mirando, reconociendo. Ésa era la casa de su padre, ésa la de su tío. Su tía era la dueña de esos tres grandes torreones entre los árboles. La maleza era de ellos y la selva; el faisán y el ciervo, el zorro, el hurón y la mariposa.
Suspiró profundamente, y se arrojó -había una pasión en sus movimientos que justifica la palabra- en la tierra, al pie de la encina. Le gustaba, bajo toda esta fugacidad del verano, sentir el espinazo de la tierra bajo su cuerpo; porque eso le parecía la dura raíz de la encina; o siguiendo el vaivén de las imágenes, era el lomo de un gran caballo que montaba; o la cubierta de un barco dando tumbos -era, de veras, cualquier cosa, con tal que fuera dura, porque él sentía la necesidad de algo a que amarrar su corazón que le tironeaba el costado; el corazón que parecía henchido de fragantes y amorosas tormentas, a esta hora, todas las tardes cuando salía. Lo sujetó a la encina y al descansar ahí, el tumulto a su alrededor se aquietó; las hojitas pendían, el ciervo se detuvo; las pálidas nubes de verano se demoraban; sus miembros pesaban en el suelo; y se quedó tan quieto que el ciervo se fue acercando y las cornejas giraron alrededor y las golondrinas bajaron en círculo y los alguaciles pasaron en un destello tornasolado, como si toda la fertilidad y amorosa actividad de una tarde de verano fuera una red tejida en torno de su cuerpo.
A la hora o algo así -el sol declinaba rápidamente, las nubes blancas fueron rojas, las colinas violeta, los bosques púrpura, los valles negros- resonó una trompeta. Orlando se puso de pie de un salto. El sonido agudo venía del valle".


Viriginia Woolf (1882-1941). Orlando. 1929.

martes, octubre 18, 2011

LA ARMÓNICA DE CRISTAL. TRAYECTORIAS SONORAS



Bienvenidos a La Armónica de Cristal, este martes dedicada al compositor austríaco Anton Bruckner y, en concreto, a una de sus obras más conocidas, su Te Deum para solistas, coro, orquesta y órgano ad libitum W AB 45, escrito en 1884. Nos referimos hoy a uno de sus más representativos títulos dentro de su producción, marcada determinantemente por la profunda religiosidad del compositor. Gran intérprete de órgano, profesor en el Conservatorio de Viena desde 1868 y en la Universidad de Viena desde 1875, Bruckner es un autor cuyo reconocimiento por parte del público fue muy lento y su trayectoria, coincidente con figuras como Brahms, Mahler y Wolf, denota una marcada personalidad, no siempre comprendida por auditorio y crítica.
 Por otra parte, la influencia decisiva del lenguaje instrumental y armónico de Wagner, que comienza desde la representación de Tannhäuser dirigida por su profesor Otto Kitzler en Linz y se acentúa con el estudio de sus obras a partir de 1863 y su encuentro posterior con el compositor alemán, a quien dedicará su Tercera Sinfonía (la Séptima también es un testimonio de admiración tras su fallecimiento), le granjeó la oposición del sector antiwagneriano en Viena, encabezado por el crítico Eduard Hanslick. Otro hecho decisivo en su devenir vital será la curación de una enfermedad neurológica en 1867, tras cuya crisis Bruckner escribirá su Misa en Fa menor. Este sentimiento de gratitud hacia Dios se acrecentará en toda su obra, que, después del año siguiente se centrará en el repertorio sinfónico. Éste se sumará al catálogo integrado por piezas religiosas (siete Misas, Salmo 150, numerosos motetes. Bruckner será designado como comisionado del Movimiento Cecilianista), música de cámara, etc. 
El Te Deum fue iniciado en 1881 y completado en 1884, período en que compone sus sinfonías Sexta y Séptima (el diseño melódico de su último movimiento presenta similitudes con el segundo movimiento de ésta), y en el que comienza el mayor éxito de recepción de sus obras. A diferencia de la mayoría de éstas, la publicación apenas presenta modificaciones respecto al manuscrito inicial (la obsesión por la perfección instaba a Bruckner a la realización de numerosas revisiones).  La composición fue estrenada en 1885 en versión con acompañamiento de dos pianos y en enero del siguiente año en Viena, bajo dirección de Hans Richter. El Te Deum fue, junto con la Séptima Sinfonía, el título de Bruckner más interpretado en vida del autor.
La obra está concebida en un estilo coral sinfónico, opuesto al estilo arcaizante de sus primeros títulos sacros. Presenta, no obstante, una riqueza que se manifiesta en la sucesión de texturas diversas contrastantes con pasajes a tutti con escritura coral en acordes, secciones a cappella que recuerdan a motetes y otras para los cuatro solistas vocales. Dentro del catálogo de piezas que llevan este título, el Te Deum de Bruckner es una de las que presentan mayor carácter litúrgico, si comparamos con ejemplos como el de Berlioz. La partitura está dividida en cinco secciones conectadas, los movimientos inicial y final en la tonalidad de Do Mayor (también utilizada en su última obra religiosa de 1892, el Salmo 150), segundo y cuarto en Fa menor (Misa Número 3, la más mozartiana y compleja) y tercero en Re menor. El requerimiento de solistas y violín solo (éste realizando progresiones secuenciales y escalas ascendentes), que nos trae a la memoria la Missa Solemnis de Beethoven, se halla  presente también en su Misa Número 3 y el Salmo 150, así como la escritura de cuerda típica del autor (conviene recordar la influencia en Bruckner de la concepción organística de sus pasajes de gran densidad seguidos de otros de carácter meditativo e improvistario). A lo largo de la partitura, la indicación O A M D G (Omnia Ad Majorem Dei Gloriam) reitera el mensaje de alabanza divino, que reproducimos hoy, en memoria de Ana Morán. Comienza con Te Deum laudamus, Te Dominum confitemur y finaliza con la esperanza que refleja el texto: In Te, Domine, speravi: Non confundar in aeternum.



jueves, octubre 13, 2011

MÁGICO BOSQUE


Sale al campo el poeta; allí admira y adora
escuchando la lira que en su pecho resuena;
cuando ven que se acerca, hete aquí que las flores,
las que pálido dejan el color del rubí,
más vistosas incluso que los pavos reales,
o, doradas o azules, las minúsculas flores,
le reciben moviendo en el aire sus tallos,
se ensimisman, coquetas, sin dejar de mirarlo,
y, beldades al fin, dando cierta confianza.
-Mira, dicen, ahí viene quien suspira por vernos.
Y entre luces y sombras y entre voces confusas,
esos árboles altos habitantes del bosque,
cual profundos ancianos, arces, tejos y tilos,
sauces llenos de arrugas, venerables encinas,
olmos negros con musgo que se pega a su cuerpo,
como ulemas sumisos al pasar el muftí,
le saludan rendidos inclinando hasta el suelo
sus cabezas de fronda y sus barbas de hiedra
contemplando su frente de fulgores serenos
y susurran: ¡Es él! ¡Es aquel soñador!




Víctor Hugo (1802-1885). Las contemplaciones. Publicado en 1856. Poema sin título escrito entre 1854-1855.

martes, octubre 11, 2011

CLUB DE MANGA Y ANIME


Hola, este curso se reanudan las actividades del Club de Manga y Anime con nuevos miembros y secciones. Las reuniones se celebrarán los jueves cada quince días en el segundo recreo en la Biblioteca. Ya se han realizado las primeras peticiones para nuevas adquisiciones tanto de libros como de películas. Entre las nuevas actividades que se realizarán se proyecta la elaboración de una death note, una sección fija en este Blog, aprendizaje de dibujo de manga, curso de naruto, proyección de películas, introducción al cosplay/crossplay, música de los animes-openings y endings. También se plantea la posibilidad de organizar un viaje. No os quejaréis de la oferta que se os ofrece. La primera sesión será el jueves 13 de octubre. Esperamos que la aprovechéis y tengáis mucha diversión.


LA ARMÓNICA DE CRISTAL. TRAYECTORIAS SONORAS





Bienvenidos a La Armónica de Cristal. Este martes retornamos al repertorio de la música de cámara, con uno de los títulos del noruego Edvard Grieg (1843-1907): su Cuarteto en Sol menor Opus 27, quizá menos conocido para el gran público que su arreglo de música incidental para Peer Gynt de Henrik Ibsen o la Suite Holberg para cuerda. El compositor nacido y fallecido en Bergen, y formado como muchos coetáneos  en Leipzig, ejerció también como solista de piano y director, lo que le facilitó realizar numerosos viajes, en los que pudo conocer a figuras como Brahms, Tchaikovski y Listzt (durante una estancia en Roma en 1869 se relacionó con este último, quien elogió el Concierto de Piano de Grieg, tras tocarlo a primera vista). Sobra decir que en su obligada permanencia en Copenhague (por entonces centro cultural de todo el área escandinava), que se prolongó durante tres años, tuvo la oportunidad de escuchar obras de sus compatriotas y de compositores más cercanos en la geografía. Conviene recordar la tradición existente  durante todo el siglo XIX de composición de cuartetos en los autores escandinavos, siguiendo en general el modelo alemán debido a sus estudios en Leipzig: Johann Svendsen, Christian Sinding (noruegos), Johan Hartmann, Peter Heise y Niels Gade (daneses), fueron los representantes más destacados en este repertorio, especialmente el último. Sin embargo, Grieg va a añadir al molde romántico de Gade componentes nacionalistas más cercanos a Sinding y Svendsen, a los que nos referiremos más adelante.
Grieg había compuesto, durante sus estudios en Alemania, un Cuarteto en Re menor, hoy perdido, que contenía una fuga, y que fue descrito por el mismo autor como un ejemplo influenciado por Schumann, Gade y Mendelssohn. Su incursión en el mundo del cuarteto de cuerda no era, por tanto, nueva, a pesar de que son sus piezas para piano y para voz y piano, además de las citadas anteriormente para orquesta, las que integran la mayor parte de su producción. Anteriormente había escrito varias sonatas para violín y piano y su luego famoso Concierto para Piano en La menor. Después de la composición a la que hoy dedicamos esta sección, Grieg iniciará la escritura de un nuevo título dentro del repertorio cuartetístico, el Cuarteto en Fa menor, que data de 1891, y en el que su maestría en el dominio del género se plasmará en sus dos movimientos, excepcionalmente en los ritmos de danza del segundo.
El Cuarteto en Sol menor Opus 27 fue compuesto entre 1877 y 1878, época en la que Grieg disfrutaba ya de una pensión anual concedida por el Estado para dedicarse plenamente a la creación musical. Como señala el especialista Jan Smaczny, esta obra muestra una originalidad inusitada, tanto en forma como en contenido, que abarca desde el punto de vista armónico hasta el textural. La capacidad de Grieg para transmitir sensaciones y ambientes queda patente en el Cuarteto, cuyo refinamiento expresivo se evidencia en la Romanza y en el Intermezzo. Por otra parte, es reseñable su interés por los efectos de sonoridad, que, junto con el diseño armónico (a destacar la utilización libre de la disonancia) y estructural, parecen servir como referencia al Cuarteto en Sol menor Opus 10 de Debussy (el autor francés, pese a ciertas críticas a la música de Grieg, reconoce los hallazgos de esta obra). Por otra parte, la concepción unitaria, cíclica, de la composición, se logra a través del minucioso trabajo compositivo, que parte de un mismo material, el motivo descendente que une todos los movimientos y que está tomado de Spillemaend Minstrels Opus 25 Número 1 para mezzosoprano y piano, una de las más refinadas canciones del período central de la producción de Grieg, con texto de Ibsen. Se basa en una leyenda noruega de un artista que consigue sabiduría de un espíritu acuático a costa de la felicidad personal. Esta canción parece estar relacionada con la propia biografía del compositor. La utilización del motivo es particularmente acusada en los movimientos extremos y en la Introducción del primero ha sido interpretada como una referencia a la Fatalidad. La obra comienza con una Introducción, en la que se anticipa el material segundo de la Exposición, con una textura acordal y solemne, interrumpida dramáticamente dos veces y diseñada sobre un descenso de cuarta frigia, que encontraremos reiterado en numerosas ocasiones. En el compás 17 comienza el Allegro molto ed agitato, con un material en el violín primero, basado en un motivo de tres notas, con intervalo de terceras, que será sometido a diferentes variantes rítmicas, antes de la aparición del segundo grupo temático contrastante (c. 95). El Desarrollo presenta materiales antes escuchados, como la escala cromática ascendente aparecida en el compás 71 ahora con disminución rítmica. La Retransición nos conduce a un exacerbado pianissimo con exagerada deceleración del tempo. La Coda nos devuelve los acordes tenidos con un efecto sonoro en trémolo sul ponticello y el material en el registro agudo del violoncello, que precede al descenso cromático de cuarta que nos lleva al Prestissimo apoteósico. El segundo movimiento (Romanze), consta de dos materiales también contrastantes, el segundo definido por su dramatismo (c. 34). En el tercer movimiento, Intermezzo, los ritmos y acentuaciones desplazadas evocan danzas tradicionales, alternando estructuras ternarias y binarias. El Lento. Presto al saltarello es el último e impetuoso movimiento, en el que se oponen dos temas. El inicio reproduce el material principal. La sección central muy extensa en Sol Mayor destaca por su fuga iniciada en el violoncello (c.199). La influencia del estilo folklórico en este movimiento es, de nuevo, evidente (rasgo que encontramos también en el Concierto de Piano), pero además incrementada por su retórica apasionada.  
La osadía de Grieg se manifiesta también a nivel formal  en el material de transición al segundo grupo temático del primer movimiento, que aparece, como una unidad casi independiente, comparable, según algunos especialistas, a la presentación del segundo grupo temático del tercer movimiento del Concierto para Piano.


Mis pensamientos estaban con ella
cada anochecer del verano,
pero el camino conduce al río
en el rociado matorral del aliso.
Oh, si tú conociste el terror y las canciones,
podías hechizar la belleza de un pensamiento,
¡de ahí que en las grandes iglesias y salones
ella pensaría en seguirte!
Yo evoqué el espíritu del agua desde las profundidades;
él me tocó directamente desde Dios;
pero en el tiempo en que llegué a ser su maestro,
ella fue la novia de mi hermano.
En grandes iglesias y salones
yo me reflejo a mí mismo,
y el terror y canciones del espíritu
nunca están fuera de mi mente.

Henrik Ibsen.

viernes, octubre 07, 2011

CLUB DE LECTURA DE ADULTOS


La primera sesión del Club de Lectura de Adultos se celebró el pasado martes. En este inicial encuentro después de las vacaciones intercambiamos lecturas y experiencias, entre las que destacaron las relatadas por José y Aurora, siempre caracterizadas por su hondura y emoción, al relatarnos su peripecia vital, mucho más profunda que muchas historias literarias. A continuación, comentamos el primero de los títulos elegidos para compartir en verano, El Túnel de Ernesto Sábato, relato que escogimos para conmemorar el centenario del nacimiento del escritor argentino que falleció el pasado abril. Todos los miembros subrayamos la evolución psicológica del protagonista, el pintor Juan Pablo Castel, excelentemente trazada por el autor, mediante el uso de un intenso monólogo que nos hace partícipes del angustioso devenir del personaje, acuciado por un omnipresente sentimiento de soledad e incomprensión, que le conducirá a la locura y el crimen.

La segunda lectura del período estival fue El rumor del oleaje de Yukio Mishima, una novela extraordinaria dentro de la trayectoria literaria del escritor, tanto por la temática como por la escritura, concebida en un momento de máxima influencia de la cultura griega clásica y de autoafirmación existencial del propio autor japonés. La idealización del amor y de la Naturaleza, temas centrales del relato, representa el eje central de la historia de Shinji y Hatsue, ambientada en un entorno que exalta constantemente la admiración por los valores del Japón tradicional. Nocha y José hicieron hincapié, a este respecto, en las difictultades que la sociedad nipona ha afrontado desde el final de la II Guerra Mundial, y en la que aspectos como los conceptos de honor, familia, muerte, respeto o trabajo, siguen vigentes pese a su acelerada "occidentalización".

jueves, octubre 06, 2011

CLUB DE LECTURA DE ALUMNOS


El Club de Lectura de Alumnos inició sus sesiones esta semana. Este curso nos reuniremos todos los lunes en el segundo recreo. Os recordamos que estáis todos invitados a estos encuentros en los que intercambiamos ideas, opiniones y sugerencias. Podéis acceder a nuevos títulos y autores que no conocéis y que os descubrirán nuevos universos de fantasía, misterio, terror, viajes, etc. No es necesario comprar los libros, ya que la Biblioteca los presta. Tampoco es obligatorio leerlos completamente, si no gustan, ni hacer ningún trabajo. Os esperamos, seguro que os divertiréis.


miércoles, octubre 05, 2011

MÁGICO BOSQUE







"Mientras serpenteábamos por la interminable carretera y el sol se hundía cada vez más a nuestra espalda, empezaron a envolvernos las sombras de la noche, acentuadas por el hecho de que en la cumbre nevada de las montañas se demoraba el crepúsculo, que parecía difundir un brillo de un rosa delicado y frío. Veíamos de cuando en cuando a checos y eslovacos, todos ellos con atuendos pintorescos, pero observé que el bocio abundaba lastimosamente. Al borde de la carretera había muchas cruces, ante las que todos mis compañeros se santiguaban. Aquí y allí se veía un campesino o campesina arrodillados ante un santuario, y ni siquiera se daban la vuelta al aproximarnos nosotros: sumidos en el autoabandono de la devoción, al parecer no tenían ojos ni oídos para el mundo exterior. Había muchas cosas que me resultaban nuevas: por ejemplo, almiares en los árboles, y hermosos bosques de sauces llorones desperdigados, sus troncos blancos y brillantes como la plata, entre el delicado verde de las hojas. De cuando en cuando adelantábamos a una carreta, el transporte corriente de los campesinos, con su larga vértebra como de serpiente, calculada para adaptarse a las irregularidades de la carretera. En ellas siempre iba un nutrido grupo de campesinos que regresaba a casa; los checos, con sus pieles de cordero blanco, y los eslovacos, de colores. Estos últimos llevaban largos bastones a modo de lanza con un hacha en el extremo. Al caer la noche, empezó a hacer mucho frío y el crepúsculo creciente parecía sumergir en una única neblina oscura la tenebrosidad de los árboles -robles, hayas y pinos-, aunque en los valles, que se extendían profundos entre los espolones de las colinas a medida que ascendíamos por el desfiladero, se destacaban los oscuros abetos contra el fondo de nieve reciente. A veces, como la carretera se abría entre bosques de pinos, que en la oscuridad parecían cerrarse sobre nosotros, las grandes masas de color gris que se derramaban sobre los árboles producían un efecto particularmente misterioso y solemne, que fomentaban los pensamientos y macabras fantasías engendrados a primeras horas de la tarde, cuando el sol poniente proporcionaba un extraño relieve a las nubes fantasmales que entre los Cárpatos parecen culebrear incesantemente por entre los valles. Otras veces, las colinas eran tan escarpadas que, a pesar de la prisa del conductor, los caballos sólo podían remontarlas despacio. Yo quise apearme y subirlas a pie, como hacemos en mi país, pero el conductor no quiso ni oír hablar de ello".


Bram Stoker (1847-1912).  Dracula. 1897.

martes, octubre 04, 2011

LA ARMÓNICA DE CRISTAL. TRAYECTORIAS SONORAS



Hola, un nuevo martes nos encontramos en esta sección literario-musical. Hoy recordamos a uno de esos autores no suficientemente conocidos para el gran público, pero que merece unas líneas, aunque sea en este modesto rincón de nuestro Blog. Ernest Chausson (1855-1899), escritor y compositor tardío, fue un autor  cuya evolución creativa, de desarrollo lento,  fue interrumpida bruscamente por su repentina y prematura muerte (se le considera la primera víctima de un accidente de bicicleta). De familia acomodada, frecuentó temprano ambientes artísticos, lo que le facilitó conocer a figuras como los pintores Fantin-Latour y Odilon Redon, así como el compositor Vincent d'Indy. Con 25 años ingresó en la clase de Composición de Jules Massenet en el Conservatorio de París y después de 1883 recibió lecciones privadas del belga César Franck. Un año antes, acude al estreno de Parsifal de Richard Wagner en Bayreuth.
Otra fecha clave dentro de su trayectoria es el nombramiento en 1886 como secretario de la Sociedad Nacional de Música, inaugurada tras la Guerra Franco-Prusiana por Camille Saint-Saëns para interpretar obras no operísticas de compositores franceses. Chausson, sin embargo, se posicionará más tarde en contra de las posiciones más conservadoras dentro del mundo de la creación musical francesa, cultivando la amistad de nombres como Claude Debussy, Gabriel Fauré, Isaac Albéniz y los poetas simbolistas, especialmente Stéphan Mallarmé. De hecho, será su famoso salón de la rue de Courcelles, en París, uno de los centros de reunión artística más importantes de la capital francesa a finales de siglo. Por otra parte, su interés por las artes plásticas se plasmará en su estrecha relación con los pintores impresionistas (Claude Monet, Auguste Renoir y Edgar Degas), de los que reunirá una importante colección, pero también simbolistas (Pierre Puvis de Chavanne). 

Hoy traemos a la memoria una de las composiciones de su tercera y última etapa, iniciada a partir de 1894, y marcada por el acercamiento literario a los autores rusos y simbolistas: el afamado Poème Opus 25 para violín y orquesta. Pieza obligada en el repertorio violinístico, su concepción parece ligada a la lectura de uno de los cuentos más célebres del escritor Ivan Turguéniev (1818-1883): Chant de l'amour triomphant. En él se narra una historia misteriosa de amor y celos, que hace referencia a las relaciones del escritor con la famosa cantante Pauline Viardot. Ambos formaban parte del círculo de amistades de Chausson. En la narración de Turguéniev, dedicada a Gustave Flaubert, la trama se traslada a un escenario renacentista, con presencia de ingredientes mágicos, siguiendo el estilo de novella italiana del siglo XVI. No obstante, el Poème de Chausson no se inscribe en el género del poema sinfónico, que supera debido a su libertad formal, ajena a la sujección a un programa o argumento.
Se cree que el Poème fue concebido en torno a 1892 y fue compuesto entre abril y junio de 1896. La obra está dedicada al gran violinista y compositor Eugène Ysaÿe, uno de los máximos representantes de la Escuela Franco-belga de violín. Ysaÿe revolucionó el rol de concertista virtuoso y para él escribieron Saint-Saëns, Franck, Debussy y Fauré, entre otros. Ysaÿe dio a conocer en Bruselas en 1891 el Concierto para piano, violín y cuarteto de cuerdas Opus 21 de Chausson. El estreno del Poème se celebró en el Conservatorio de Nancy en diciembre de 1896, actuando como solista Ysaÿe, acompañado de la Orquesta Colonne. Un estreno previo lo ofreció el mismo intérprete, acompañado por Enrique Granados en Sitges, ejecutando la versión con piano realizada por Albéniz.
La escritura del Poème muestra una gran influencia del estilo interpretativo de Ysaÿe (la audición del Poème élégiaque de éste fue decisiva para la composición de Chausson). La armonía, con clara influencia en las obras de Chausson (especialmente en su primera etapa) como en las de los franceses de su época, de Wagner, presenta en la pieza un atrevido cromatismo, con sonoridades preimpresionistas (será muy valorada por Debussy), como la utilización de estructuras de tonos enteros. La presencia recurrente de motivos melódicos de tercera y cuarta en toda la composición, así como de motivos rítmicos basados en sincopaciones con diferentes variantes, proporciona una gran coherencia formal a una obra caracterizada por su atmósfera de inusitado lirismo y poesía. A una introducción (Lento e misterioso), en la que la orquesta anticipa el primer material en el solo, contestado con un pasaje a modo de coral en la orquesta, le sigue una sección (Animato, compás 97), en la que el solo presenta un segundo material dividido, que servirá para realizar diversas digresiones de despliegue técnico. La estructura culmina con la vuelta del primer material (Poco meno-lento, c. 225), segunda parte y primera parte del segundo material ya en la tonalidad inicial de Mi bemol Mayor (cc. 240 y 301, respectivamente), que precede a la Coda de finalización (Tranquilo, c. 329), tras evolucionar a través de un arriesgado periplo por tonalidades cuya relación merece un estudio aparte.
En 1949, Marie Rambert realizó una versión del Poème para ballet, que se estrenó en Australia y cosechó un gran éxito. Intervino como solista el violinista Leonard Dommett.