martes, mayo 03, 2011

LA ARMÓNICA DE CRISTAL. TRAYECTORIAS SONORAS


Hola, bienvenidos a La armónica de cristal. Si antes de vacaciones nos referíamos al grupo de Los Seis, esta semana volvemos con otro de sus representantes: Arthur Honegger (1892-1955). De ascendencia suiza, nació en Francia y estudió en los conservatorios de Zurich y París, ciudad a la que se traslada en 1913. Estudia con d'Indy y Fauré y tiene como compañero a Darius Milhaud, pero guarda afinidad con Florent Schmitt. Es con el estreno de su oratorio Rey David (1921) cuando alcanza un gran éxito, que vuelve a encumbrarle tres años más tarde con la composición a la que hoy nos referimos:
Pacific 231 (1923, estrenada en 1924). Honegger, como integrante del mencionado grupo, tutelado por Jean Cocteau y con el modelo de Eric Satie, como ya explicamos, participó en la creación colectiva del ballet Los casados de la torre Eiffel. Sin embargo, las distintas perspectivas de los miembros del grupo pronto van a dar lugar a diferentes vías, hecho que se manifiesta expresamente en Honegger. A esta etapa vanguardística de la década de 1920 pertenece Pacific 231, que participa del espíritu de modernidad imperante en ese decenio, la emulación del maquinismo, la velocidad de la ciudad y los avances técnicos, así como la nueva afición por la práctica del deporte. Según cuenta el escritor y crítico Alejo Carpentier en 1956, Honegger fue el artista más apasionado por los campeonatos de fútbol, el primer compositor en Francia en poseer un automóvil de carrera y un auténtico defensor del ejercicio físico, como testimoniará en dos de sus obras: Rugby y Skating Rink (autores posteriores como Martinu escribirán composiciones en esta línea como Half-Time sobre un partido de fútbol).

Honegger, sin embargo, continuará mayoritariamente en la estela grave y novedosa de su oratorio-ópera Rey David y se vinculará a grandes formas como sonatas, sinfonías (escribe cinco entre 1931 y 1950, las más conocidas las llamadas Litúrgica y De los tres Re), varias óperas, ballets, música incidental con textos de Gide, d'Annunzio, etc, y otros ejemplos de su nuevo género oratoriooperístico como Juana de Arco en la Hoguera (este género será cultivado luego por autores como Stravinski, quien también dedica un título al personaje de Edipo). Son obras de mayor hondura, en las que muestra la grandilocuencia de su lenguaje (la preocupación por la conexión con el público le conduce a la concepción de grandes oratorios y sinfonías de carácter "heroico") y su atracción por la tradición barroca y, especialmente, por Johann Sebastian Bach, que le alejan del espíritu lúdico de Los Seis. Honegger impartirá clases en la Ecole Normale de Musique de París, teniendo entre sus alumnos a Pierre Boulez.

Pacific 213 partió, según Honegger reconoce, de una idea abstracta, en que se refleja una aceleración en ritmo y tempo, que proporciona la sensación a partir de la manipulación de ritmos cada vez más breves y tempi sin fisuras en una superposición de masas, a modo de gran coral, a imitación en la primera parte de la escritura de Bach. Lo denominó Movimiento sinfónico. Más tarde lo asoció a su admiración por los ferrocarriles y lo tituló con el nombre de la famosa locomotora cuyas cifras corresponden al número de ruedas según su función en el modelo francés (las locomotoras estadounidenses llevarían un número de 4, 6 y 2). Con una orquestación basada en cuerda, viento a tres, cuatro trompas, tuba y percusión (incluye tamtam), consiguió en tan sólo siete minutos de duración, la transmisión del poder de un gran motor, desde la puesta en marcha, el incremento de velocidad hasta la llegada a la estación (silbido de vapor, cojinetes, deslizamiento de las ruedas de acero, etc.). Esa fisicidad del sonido a través de la recepción visual y auditiva va a convertir a la obra en un ejemplo de moderna música programática. Su aproximación al maquinismo hizo que se le comparara con el pintor Léger y sitúa a la composición dentro de la tendencia de obras como la Fundición de acero de Mosolov (muy difundida en Occidente) o El paso de acero de Prokofiev. Honegger manifiesta en Pacific su predilección por la expresión de la actividad dinámica, ritmos acelerados en ostinato y timbres audaces, así como la utilización de la disonancia por efectos de superposición politonal de acordes. Pacific fue el primero de sus tres movimientos sinfónicos y el más conocido, junto al siguiente (Rugby), por su contenido descriptivo. Dedicada a Ernest Ansermet, la obra fue estrenada en París en mayo de 1824 con dirección de Serguei Kussevitzki. Se ha convertido en una de las obras más difundidas de su autor. En 1949, el film francés Pacific 231, dirigido por Jean Mitry, utilizó la partitura como banda sonora.


2 comentarios:

ACISOI dijo...

qué papel tiene el teatro en la actual descomposición social ?

GRACIAS

ACISOI dijo...

qué efecto tiene el teatro en la descomposición social actual?

GRACIAS