viernes, mayo 06, 2011
CLUB DE LECTURA DE ADULTOS.
La última sesión del Club de Lectura de Adultos se dedicó el pasado martes a la novela de Kyoichi Katayama Un grito desde el centro del mundo. A todos los lectores nos ha sorprendido la profundidad de los temas que aborda, pese a su escritura sencilla. Un relato de amor entre adolescentes ha servido al autor para abordar cuestiones como el amor, las relaciones familiares, la enfermedad, la muerte y la religión. Aurora y otros integrantes del Club se han preguntado por la vigencia en los tiempos actuales del denominado amor "platónico", que sirve de hilo conductor a la narración. Aurora y José recordaron su propia historia, en la que el amor superó todas las barreras externas más duras y se ha prolongado durante más de cincuenta años: todo un ejemplo. Aurora rememoró con emoción el significado de una carta durante su noviazgo y separación momentánea: un objeto que trasciende, sin duda, su propia función y se inscribe en los sentimientos más hondos de la persona. El texto de la novela también recurre frecuentemente a símbolos y a un lenguaje poético que recrea un amor que crece día a día. A este respecto, Nocha subrayó fragmentos del texto como: "Ojalá el sueño fuera realidad y la realidad sólo un sueño", "Yo también sufría pero no era más que un vano intento de experimentar su sufrimiento" (referidos a la enfermedad), "Vivir la vida cotidiana era [...] como arrancar unas notas disparatadas a un piano al tuntún", "La muerte de un ser querido nos hace mejores" (relativos a la muerte de la protagonista), "El Amor puro va más allá de la cultura y de la Historia", etc. Los componentes del Club debatimos sobre el sufrimiento en la sociedad occidental que, si bien es compartido, no puede liberar a la persona amada del dolor. Otro punto que suscitó nuestra atención fue el de la educación de los adolescentes, que permitió establecer comparaciones y paralelismos entre las sociedades nipona y española, y sobre el que no nos vamos a extender, pues supera con creces la extensión de estas líneas.
Pilar resaltó, asimismo, el certero diseño de la estructuradel relato, que conjuga perfectamente los saltos temporales, si bien el viaje final resulta en exceso un tanto apresurado, así como la alusión constante a fuentes japonesas como referencias, pese a que se trata de una sociedad muy "occidentalizada", que al tiempo conserva sus tradiciones. Finalizamos esta reseña recordando la hermosa escena de las cenizas esparcidas en el patio del cerezo en flor y recomendando la lectura de esta novela y de otras pertenecientes a la rica literatura japonesa.
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