martes, abril 05, 2011

LA ARMÓNICA DE CRISTAL. TRAYECTORIAS SONORAS


Bienvenidos a La armónica de cristal. Hoy la unión entre Literatura y Música alcanza uno de sus mayores referentes con el recuerdo de uno de los magníficos lieder (canciones para voz y piano, en este caso) del compositor Hugo Wolf (1860-1903). Nacido en una localidad de la provincia de Estiria (Austria, hoy Eslovenia), estudia en el Conservatorio de Viena. Pronto se rebela contra los preceptos academicistas, por lo que es expulsado de dicha institución. Con veinticuatro años ejerce como crítico musical en un periódico vienés, defendiendo arduamente a autores como Berlioz, Wagner y Bruckner, en contraposición a la figura de Brahms. Compone música sinfónica (Serenata Italiana, poema sinfónico Pentesilea), de cámara (Cuarteto en Re menor) y operística, pero donde destacará especialmente es en el repertorio del lied, al que aportará más de 250 partituras: 53 sobre textos de Eduard Mörike (1888), 51 sobre poemas de Goethe (1889), 44 que integran el Cancionero Español (con traducciones de Paul Heyse y Emanuel Geibel) y 22 canciones del Cancionero Italiano, sobre textos de los anteriormente citados. En 1895 vuelve a la composición con la ópera en cuatro actos El Corregidor, basada en El sombrero de tres picos de Alarcón, un segundo volumen del Cancionero Italiano y tres piezas sobre sonetos de Miguel Ángel. Su febril carrerra se interrumpe por una enfermedad degenerativa que finaliza con su muerte en 1903.
El interés de Wolf por el lied culmina con la realización de cinco series (también compone 20 lieder sobre poemas de Eichendorff), en las que se refleja la evolución desde la influencia juvenil de Schumann hasta la plena fusión de Música y Poesía en su madurez, que puede comprenderse dentro de los ideales de "obra total" del drama wagneriano. También de Wagner aporta Wolf la inclusión de la idea del leitmotiv como medio de unificación y la recreación de un estilo sinfónico en el tratamiento del piano, que supera con creces la mera función de acompañamiento y asume una importancia paralela a la de la voz. Además, requiere un virtuosismo técnico inusitado en este tipo de composiciones. Wolf también utiliza con fines dramáticos un tipo de cromatismo poswagneriano, que algunos lo sitúan cercano a Cesar Franck, con uso de la disonancia al servicio de la significación de las palabras. Otro de los recursos de Wolf es la agrupación en ciclos: desde pares de canciones hasta la unión por temática como instrumento de coherencia formal.

Wolf conoce la poesía de Mörike (que se convertirá en uno de sus autores predilectos), en la década de 1870, siendo su primera canción datada en 1880 y el cancionero ocho años después. Eduard Mörike ya había atraído la atención de otros compositores como Schumann y Brahms. Mörike (1804-1875), fue poeta y escritor miembro de la Escuela Suabia, centrada en torno a Louis Uhland. Sus primeros poemas se sitúan en 1838. Utiliza temas típicos de la poesía romántica, sobre todo basados en sentimientos amorosos, junto a textos irónicos, narrativos y humorísticos. El autor de la breve y famosa novela Mozart, camino de Praga (1856), en la que cuenta el viaje del genio de Salzsburgo a Praga para el estreno de Don Giovanni, destaca por el uso de un lenguaje poético natural, de gran musicalidad, y en el que subyace cierta ingenuidad. La Naturaleza es frecuentemente identificada con diversos estados de ánimo propiciados por el amor. El lied que este martes recordamos pertenece al segundo grupo temático (dedicado al amor, lieder 30-36) dentro del ciclo de canciones de Mörike (el primero aborda el sentimiento religioso, el tercero el mundo mágico y el cuarto son textos cómicos). En Im Frühling (En Primavera), Wolf plasma la gracilidad y jovialidad de la obra instrumental del año precedente (Serenata Italiana), menos pródiga en otros lieder más serios y dramáticos. Las repeticiones producen un efecto, como algunos han señalado, casi hipnótico, que se completa con la sutileza de Wolf en la extracción y transmisión de un extenso y profundo universo de matices.

En Primavera.

Yazgo aquí sobre la colina en primavera,                     Contemplo las nubes errantes y el río,
las nobes son mis alas y un pájaro vuela ante mí.          el dorado beso del sol penetra
¿Ay, dime, mi único amor!                                           profundamente en mi sangre;
¿Dónde te encuentras                                                  los ojos, mágicamente embriagados,
para que pueda quedarme junto a ti?                            hacen como si durmieran,
Pero tú y los vientos, carecéis de hogar.                       y los oídos escuchan sólo el zumbido de las abejas.

Como un girasol está abierta mi alma,                          Pienso en esto y en aquello,
anhelando,                                                                  experimento anhelos, pero no sé de su naturaleza:
dilatándose llena de amor                                            una mitad puede ser goce, la otra se queja.
y esperanzas.                                                              ¿Oh, corazón mío, dime!
Primavera, ¿cuál es tu voluntad?                                 ¿Qué clase de recuerdos tejes
¿Cuándo me veré saciada?                                         entre las ramas de dorado verdor del crepúsculo?
                                                                                  ¡Viejos e innombrables días!

Eduard Mörike

No hay comentarios: