jueves, diciembre 09, 2010

PREMIO LITERARIO PARA XEREZADE PRIETO (4º A)



Hoy publicamos el estremecedor relato de Xerezade Prieto López (alumna de 4º A), que ganó la semana pasada el Segundo Premio en el XXXVII Concurso Literario Xuvenil Coral Polifónica de Betanzos.
Nuestra Enhorabuena y continúa escribiendo para deleite de todos. Felicidades.


Ideales, ideologías y demás sarta de mentiras

Un golpe seco interrumpió la comida. Mi hermana hizo acto de presencia en el comedor; en silencio y con cara de pocos amigos le entregó a mamá una nota del director. Sin mediar palabra, subió a su habitación, lo que despertó el enojo en mis padres. La carta del centro advertía a la familia del comportamiento inusual de Elisa, discriminaba a unos nuevos compañeros del instituto.
Bajó las escaleras con una bolsa llena de libros y la dejó junto a la puerta. Volvió a subir a su cuarto precedida por mis padres, los cuales, atónitos, la observaron desde el quicio cómo arrancaba con ira su preciada bandera del Che Guevara, tiraba volúmenes de teoría marxista y folletos de sindicatos estudiantiles. Y ahí comenzó la discusión:
-¿Me puedes explicar qué significa todo esto? -preguntó mi padre boquiabierto.
-¡Dejadme en paz! ¡No os metáis en mi vida!
-¿Que no nos metamos en tu vida? ¿pero cómo no nos vamos a meter con esta nota? -replicaron mis padres al unísono.
-¡Es cosa de él! ¡Me tiene manía!
Los gritos aumentaban cada vez más y más, pero no conseguimos saber qué era lo que le pasaba. Mi madre decidió que era mejor que se calmara y que habláramos todos juntos acerca del tema durante la cena. Un portazo puso fin al debate y escuchamos cómo ponía el pestillo a la habitación. Yo también fui a mi cuarto, pensando en lo mucho que había cambiado mi hermana en las últimas semanas.
Elisa nunca había tenido problemas con ningún compañero en el instituto, últimamente discutía con todos. Estaba comprometida socialmente y visitaba muy a menudo centros para personas mayores y discapacitados, ahora nunca quería ir y se molestaba mucho si se comentaba el tema. Estaba sustituyendo a su pandilla de toda la vida por un grupejo de macarras.
Mis padres no parecían darle importancia al cambio tan drástico que se había producido en su indumentaria, "cosas de adolescentes" decían... Yo sabía que no.
Elisa siempre había vestido un poco hippy, con ropas anchas y coloridas; pero ahora le encantaba toda la parafernalia paramilitar: botas militares, casacas y camisetas de bandas de índole socialista.
Esa noche, por mucho que mis padres suplicaran, rogaran y amenazaran, ella no quiso bajar a cenar ni a hablar. La cena fue tensa, y mi padre trataba en todo momento sonsacarme algo de información, pero no pensaba decir nada, era mi hermana, "hoy por ti, mañana por mí".
El día siguiente transcurrió con ciertta normalidad. A media tarde mi hermana me llamó y me pidió que fuera a su habitación. Quedé estupefacto al ver el cambio que se había producido en ella. Donde antes estaban todos los libros acerca del marxismo y sindicalismo había una biografía de Hitler y varios ejemplares con títulos como La comunidad popular Nacional-socialista, Mi Lucha, etc. Donde antes estaban en el corcho clavados con chinchetas los retratos de sus amigos de toda la vida, ahora había fotos con otra clase de gente que no me ofrecía ninguna confianza. Donde antes estaba la bandera que el día anterior había arrancado, estaba colgada otra con una serie de símbolos que no di relacionado y en mayúsculas: MOVIMIENTO DE LA RESISTENCIA ARIA. Me senté y le pregunté a qué se debía todo aquello, ella me dijo que simplemente había cambiado la forma de ver la vida y se ofreció a presentarme a sus nuevos amigos y a prestarme todos los libros que me apetecieran.
-Mira, atento a este libro -salía en la portada un dirigente de la SS -¡Es muy interesante!
No pude evitar una cara de espanto al verlo, y ella continuó hablándome acerca de su nuevo modo de vida.
-¿Qué es la honra? Palabra para describir el más grande de los sentimientos humanos... ¿Cómo definirla? La nobleza del espíritu, la bondad del carácter, la rectitud, la virtud como expresión máxima de la persona... ¿Existe algún otro sentimiento más ligado al Nacional-Socialismo? ¿Dónde encontraremos hoy tales cosas? El tiempo de la honra, como de todo lo bello y hermoso, ya pasó.
Su destrucción se consumó junto a la del mayor genio de la historia humana, hace ya más de medio siglo. Cuando la genial figura de Adolf Hitler fue finalmente destruida para siempre, apagada de la faz de la tierra por sus enemigos, los enemigos de todo cuanto amamos, los mismos que hoy rigen y gobiernan nuestro mundo. El mundo de la servidumbre, del exterminio cultural de las naciones, de la degradación, del triunfo de lo bajo, pobre y miserable.
En definitiva, este es el mundo en el que vivimos, en donde la humanidad perdió la última oportunidad de salvarse a sí misma. Ya no hay otra cosa que hacer, los pocos de espíritu libre tuvimos la desgracia de nacer en un mundo muerto y condenado, que tiene que mantener viva la llama de la luz, de la razón y de la Esvástica para un futuro que seguramente nosostros no veremos, pero es por nuestros descendientes por los que luchamos. Ellos podrán izar nuevamente banderas de Sangre y Libertad. Pero cuando esto ocurra, ya no habrá hombres sometidos: habrá hombres amantes de la naturaleza y los animales, hombres alrededor de la cultura, siempre amables y sencillos, amados y seguidos por su patria hasta el final.
Somos pocos, carecemos de medios, somos perseguidos, reprimidos, encarcelados e incluso asesinados. ¡Pero somos Nacional-Socialistas! Es nuestra misión, nuestra obligación el hacer de nuestros ideales las señales que indiquen el camino en la noche a nuestros hermanos venideros. El camino de la honradez, del trabajo, de los valores, de la ética, del respeto, del arte, de la sabiduría, la música, la salud, la naturaleza... En definitiva, del Nacional-Socialismo. Esa doctrina que procura la elevación del espíritu popular, de la comunidad racial de la que somos parte, de nuestra sangre y nuestra tierra, la cual los enemigos, que son muchos, tanto aterra. No sirven reniegos. Somo Nacional-Socialistas y por lo tanto, defendemos todo cuanto es nuestro.
Ante todos aquellos que reniegan y por lo tanto traicionan a sus sagrados símbolos y líderes, nosotros levantaremos orgullosos la bandera de nuestra patria y llenando el pecho, gritaremos: ¡Heil Hitler!
Porque nuestra HONRA se llama FIDELIDAD.

No podía dar crédito a lo que mis oídos escuchaban... ¿Esa era Elisa? No me lo podía creer...
-Pero... ¿De qué estás hablando? El mundo es de todos, puesto que todos podemos vivir en esta tierra y todos tenemos derecho a ella... Me cuesta reconocerte.
-No opino lo mismo, pero si quieres siempre te podré llevar a reuniones que hago con mis amigos para debatir estos temas -dijo esbozando una amplia sonrisa.
-¿De dónde has sacado todos esos nuevos ideales?
-De libros, conocidos y de foros de Internet.
-Esto viene todo por aquel chico que conociste estando de intercambio ¿verdad? Con el que sigues chateando tanto.
-¡Sí! Es algo más que un amigo, me ha presentado a gente nueva. He tenido mucha suerte en conocerle, me abrió los ojos y me expuso todos sus principios, con los que estoy completamente de acuerdo. Hablo con él casi todos los días y mantenemos largos debates acerca de cómo mejorar nuestro país. Me gustaría que lo conocieras, es una persona muy importante en mi vida.
Asentí dándole la razón. Necesitaba pensar y meditar largo y tendido sobre todo aquello. No dudé en contárselo a mis padres, la situación era grave. Estos mantuvieron una intensa conversación y la privaron de ordenador, salir y de todo lo que tuviera que ver con ese tipo de filosofía.
Elisa subió con los ojos llorosos a su cuarto, al cruzarme en el pasillo con ella me dijo entre sollozos:
-¡Eres detestable, odioso! ¡Eres un traidor!
Aquello me dolió muchísimo. Yo lo hacía por su bien, sabía que si seguía relacionándose con ese tipo de gente acabaría mal.
Tres días más tarde, Elisa desapareció. Mis padres se volvieron locos buscándola. Carteles con su cara inundaban las calles. Pero seguíamos sin ninguna noticia.
Empecé a hablar con la gente con la que se relacionaba mi hermana. Yo sí sabía dónde estaba, todos los días hablaba con ella, bajo un nombre ficticio. Y tan sólo esperaba el momento de unirme yo también a la causa. Tenía clara cuál era mi misión: difundir nuestros ideales en la mayor medida posible; cada vez éramos más y poco tardaríamos en conseguir nuestro cometido.
Mi trabajo era difícil, debía mantener la compostura ante el resto del mundo, pero a veces no podía evitar un esbozo de sonrisa cuando escuchaba algún atentado en Israel o cuando en el telediario nombraban algún maltrato hacia emigrantes, eran mis camaradas los que actuaban.

A papá y mamá:
Nunca podréis entender lo que siento, no pudísteis hacerlo con Elisa y tampoco podréis conmigo. Para vuestra tranquilidad, os diré que mi hermana está bien, y yo marcho con ella. Juntos intentaremos devolver a nuestro puesblo el esplendor de antaño. No os sintáis culpables, no tenéis nada que ver con todo esto. Nosostros decidimos lo que queremos ser y nuestras vidas llevan caminos distintos a los que vosotros teníais planificado.
Os quiero.
Álvaro.

Y así fue como pasé la mayor parte de mi juventud. Odiando a todo y a todos, sin saber muy bien el porqué. Divulgando ideales de destrucción, de adversión hacia la gente que huía de la miseria y aceptando las palabras y los ideales de otros sin cuestionarlas en ningún momento. Toda una juventud delinquiendo, dando palizas al dispar. Despreciando, humillando y olvidando la compasión hacia nuestros semejantes.
Tan sólo el paso del tiempo me hizo comprender el grave error que estaba cometiendo y lo que había hecho sufrir a mis seres queridos y a mí mismo. Y aprendí una cosa: si no sé respetar a los demás jamás podré respetarme a mí mismo.
Descansa en paz, pequeña Elisa, tus ideales acabaron matando tus ideas.


Xerezade Prieto López.






3 comentarios:

Pilar dijo...

Enhorabuena, Xerezade:
¡Realmente emocionante!
Me encanta que sigas recibiendo premios. Sigue así.
Pilar

Anónimo dijo...

Xerezade, gracias por escribir como lo haces y, por ser esa persona tan fantástica que eres. ¡Enhorabuena! Un abrazote. Antonia

Anónimo dijo...

O premio non me sorprende,quizas por que recoñezo os teus valores. Conmóveme o tema. Espero ter a oportunidade de comentalo contigo e os teus compañeiros. Noraboa!