martes, octubre 05, 2010
LA ARMÓNICA DE CRISTAL. TRAYECTORIAS SONORAS.
Hola, un nuevo martes acudimos a nuestra cita con la Música y la Literatura. Esta semana está dedicada a Franz Schubert (1797-1828), autor prolífico pese a su corta existencia, y de cuya producción seleccionamos una conocida pieza de su obra para cámara: el Cuarteto Rosamunde en La menor, D. 804, Op. 29, Número 1. Muestra de la gran fluidez compositiva del autor, pertenece a su segunda etapa (1824-1826) dedicada a este repertorio (la primera comprende un total de once obras menos difundidas desde 1810 hasta 1816), e integrada por sus otros dos cuartetos más afamados: La Muerte y la Doncella en Re menor D. 810 y el Cuarteto en Sol Mayor D. 887.
Si las piezas iniciales son de carácter experimental, con ecos de Mozart, Haydn y Beethoven, el Cuarteto Rosamunde es una obra de madurez, en la que se desprende lirismo en todos sus movimientos. Destacan el primer y tercer tiempos, siendo el Andante una adaptación del Tercer Entreacto del drama Rosamunde, Princesa de Chipre (D. 797), de Wilhelmine von Chézy. El último movimiento fue utilizado nuevamente como tema y variaciones para el Impromptu D. 935. El tema principal del Minuetto es un fragmento del Lied sobre un poema de Schiller Los dioses de Grecia D. 77. Como algunos estudiosos han destacado, las correspondencias simbólicas de algunas canciones con piezas instrumentales eran constantes en Schubert. La delicadeza del primer violín se apoya en un acompañamiento rítmico, que, en el último tiempo, adopta cierto "estilo húngaro", identificado con lo apasionado.
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