miércoles, febrero 10, 2010
ONDAS Y ESFERAS
Hola, esta semana nuestro encuentro tiene por protagonista al inconmensurable Johann Sebastian Bach y a una de sus obras capitales en la Historia del Arte: su Pasión según San Mateo BWV 244. En concreto, nuestro recuerdo se centrará en una de sus extraordinarias arias, la que lleva por título Aus liebe will mein Heiland sterben. No nos extenderemos sobre la Pasión, estrenada el Jueves Santo de 1729 en la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig, ciudad en la que residía Bach desde 1723.
Modelo de pasión luterana evangélica en estilo oratorio, permaneció en el olvido hasta el reestreno en marzo de 1829 por Mendelssohn en Berlín. En 1841, interpreta el mismo compositor una segunda versión con cuatro arias, entre las que figuró la que hemos seleccionado, que ocupa el punto central de la obra, justo antes de que Pilatos tome su decisión. La escritura de Bach para soprano, flauta y oboe da caccia muestra una simbólica preferencia en la elección de los instrumentos, asociados por su delicadeza a la redención divina. Esta combinación de timbres sublimiza la escucha, elevando al oyente mediante el sonido a niveles trascendentes. Recordemos que las arias son momentos de detención del tiempo y que la soprano representa el alma del creyente, mediante una melodía meditativa, desnuda, de un lirismo que fluye a través de un diseño que aúna estructura e intencionalidad dramática magistralmente. El texto del poeta Picander rezuma en la partitura de Bach sincera devoción, que se renueva después de cada audición:
"Por Amor
quiere morir mi Salvador,
Él, que no conoce el pecado,
para que la eterna condenación
y el castigo de la justicia
no caigan sobre mi alma".
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