miércoles, noviembre 25, 2015

CLUB DE LECTURA DE ADULTOS "JOSÉ BECEIRO"



La segunda sesión de nuestro Club de Lectura de Adultos "José Beceiro" estuvo protagonizada por un clásico, Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley, uno de esos títulos de los que muchos conocen el argumento y no tantos han leído. Objeto de innumerables adaptaciones de todo tipo, la obra de la escritora inglesa es un texto denso, que trata sobre una gran diversidad de temas y que sorprende por su madurez (aun considerando las posibles correcciones a la primera redacción realizadas por su esposo), si tenemos en cuenta que fue escrito cuando la autora sólo tenía dieciocho años.
El relato supera los límites de la literatura gótica de terror de rasgos románticos puesto que la narración evoluciona hacia la introspección de caracteres y sentimientos. Considerada como la primera novela de Ciencia Ficción, es, además, novedosa por su planteamiento de terror natural basado en la experimentación científica, de la cual la autora pone de manifiesto un gran conocimiento. En la exquisita educación de la escritora fueron decisivos tanto la influencia de sus padres, Mary Wollstonecraft y William Godwin, como su extraordinaria formación en disciplinas diversas como la Historia Natural, la Filosofía (la reflexión sobre la denominada "teoría del buen salvaje" de Rousseau es fundamental en el relato, pero también los textos de Locke y Adam Smith), la Medicina y la Química (conocía los estudios de Erasmus Darwin, los ensayos sobre el galvanismo y la electricidad y las lecciones de Humphrey Davy) y ,obviamente, su matrimonio con el poeta Percy Bysshe Shelley (también un estudioso de ciertos procesos químicos).
Pero abundan, asimismo, en la obra, las referencias históricas y literarias (clásicos gregolatinos, maestros alquimistas, John Milton, poetas "laquistas" y otros autores contemporáneos, con muchos de los cuales mantuvo contacto directo, etc.). La novela, en el género epistolar, uno de los predilectos de la época, refleja plenamente el ambiente romántico en que fue gestada (recordemos la famosa reunión con Lord Byron y John Polidori el 17 de junio de 1816 en la Villa Diodati cercana al lago Ginebra), tan bien descrito por la propia Shelley en su prólogo a la tercera edición de 1831, y analiza algunos de los nuevos problemas de identidad que comienzan a manifestarse en una sociedad en transición que a comienzos del siglo XIX contempla la desintegración de algunos de los valores de la Ilustración. 
El personaje de Victor Frankenstein, que encarna la dualidad típica fruto de la fragmentación del individuo en el Romanticismo, a través del reconocimiento de sus contradicciones y lados opuestos, concilia la sabiduría antigua con la ciencia moderna. También podemos examinar otros elementos plenamente románticos como la exteriorización de las emociones y la búsqueda de la libertad, como necesidades innatas de la naturaleza humana, la exaltación de la imaginación y la especial relación con la Naturaleza, alejada de la visión platónica clásica.
La consideración de la novela como clásico se reafirma si analizamos la vigencia actual de muchos de los temas que plantea, y que fueron objeto de discusión por los miembros del Club de Lectura: el concepto de bondad en el hombre y los efectos perniciosos que puede ocasionar su relación con la sociedad, la importancia del conocimiento y sus implicaciones morales, las consecuencias de la experimentación científica irresponsable y sus límites éticos, y especialmente la expresión de la necesidad del reconocimiento de la diferencia y la reivindicación de los valores que nos definen como humanos. 



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