miércoles, enero 16, 2013

HOMENAJE A JOSÉ BECEIRO


    El pasado martes, en nuestro encuentro del Club de Lectura de Adultos, recibimos la triste noticia del fallecimiento de nuestro querido José. Compañero entrañable, que siempre nos suscitó la admiración por su carácter, su sabiduría y sus ganas de aprender. El año pasado celebraba su 60º aniversario de bodas con su inseparable Aurorita y nos volvía a dar ejemplo con su lección de vida, contagiándonos su ilusión y cariño. Desde las primeras sesiones de este Club, José manifestó su gran afición por la lectura y la escritura, así como su capacidad de análisis, siempre enriquecida con la experiencia. Recordando algunas de sus intervenciones, nos viene a la memoria uno de los textos que escribió recomendando la lectura de El Club de Calceta: En primer lugar a mis nietos, con los que mantengo un fluido diálogo y constantes intercambios de libros, [...] para que aprendan a ser personas de bien y sin prejuicios, para que sepan opinar por su cuenta; en fin, para que sean personas amantes de la libertad. A todos mis conocidos y amigos les recomiendo que lean todo lo que caiga en sus manos. De todos los libros que existen en el mercado se aprende algo. Leyendo nunca se pierde el tiempo. La lectura es cultura.
    Sobre la lectura de Un árbol crece en Brooklyn, José escribió: Una novela que a mí me da la sensación de que puede que sea un relato autobiográfico, pues está redactada con tanto realismo, sencillez y sentimiento que, pienso, solamente alguien que ha sido protagonista de las vivencias que se atribuyen a cada uno de los miembros de la familia Nolan, ha sido capaz de interpretar tan fielmente el desarrollo de la existencia de las clases desheredadas, a principios y bien entrado el pasado siglo veinte, por haber sido protagonista de sus dificultades, no sólo económicas, para sobrevivir con dignidad y orgullo.
    Con ocasión de la lectura de El camino de Delibes, José, de nuevo, realizaba su especial aportación, recordándonos un artículo de 2003 que el profesor Ponte Far dedicó a la novela. La sesión dedicada a La boda de Chon Recalde de Torrente Ballester fue, también, otra reunión inolvidable, en la que José y Aurorita nos ilustraron con sus recuerdos de la Posguerra en Ferrol, crónica viva que no olvidó sucesos como el estallido del polvorín y que describió fielmente los problemas sociales en ese momento tan difícil de la historia de la ciudad.
    Otra de las ocasiones en que José y Aurorita han prodigado su cariño con nosotros coincidió con el encuentro protagonizado por la novela Un grito de amor desde el centro del mundo de Kyoichi Katayama, un relato de amor que abordaba otras cuestiones como la enfermedad, las relaciones familiares y la muerte. José y Aurorita decidieron compartir con nosotros su propia experiencia: la historia de una relación que superó las barreras más duras y que se prolongó más de sesenta años. Aurorita rememoró con emoción el significado de una carta durante su noviazgo y separación momentánea debida a las difíciles circunstancias. Sin duda, la hondura de su peripecia vital supera la de muchos relatos literarios. Todo un ejemplo de valentía y superación.
    En la sesión dedicada a El Lector de Bernhard Schlink, José realizó una profunda reflexión sobre las consecuencias de la guerra y sus repercusiones sobre las generaciones siguientes. Nos describió la dureza de la Posguerra en el caso de España y la represión que él mismo padeció durante largo tiempo.
    La lectura de El Gran Gatsby de Scott Fitzgerald dio lugar al establecimiento, por parte de algunos miembros del Club, de ciertos paralelismos con el Ferrol de la época. La crítica a la hipocresía social protagonizó gran parte del debate. José, nuevamente, gracias a su memoria extraordinaria, nos ofreció datos sobre la recepción del libro, que tuvo escasa aceptación en sus inicios y no alcanzó el éxito hasta la década de 1950.
    Nuestra particular celebración del 75º aniversario de la muerte de Miguel de Unamuno en la sesión dedicada a La Tía Tula dio lugar a intervenciones de muy diferente sesgo, poniéndose de manifiesto las propias contradicciones del escritor. José cerró la sesión, como siempre, resaltando certeramente un aspecto definitorio de Unamuno y no siempre bien comprendido, su postura inconformista que secundó hasta sus últimos días.
    En la commemoración del Año Internacional de la No Violencia contra la Niñez y la Adolescencia, con motivo de la cual leímos Palabras de Caramelo de Gonzalo Moure y Mi planta de naranja-lima de José Mauro de Vasconcelos, Aurorita y José enriquecieron nuevamente la reunión con sus entrañables recuerdos  que son historia, de una infancia en un entorno de dificultades, en la que el aprendizaje en la calle y la imaginación en los juegos conformaban sus vivencias.


    Gracias por tu cariño y por todo lo que hemos aprendido contigo, José.
Siempre te recordaremos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Inadmisible olvidarte porque es imposible dejar de quererte.
Siempre en mi corazón.
Gracias por entrar en mi vida.
Nocha

Anónimo dijo...

Ha sido toda una sorpresa descubrir el homenaje que, con tanto cariño y respeto, habeis hecho.

Muchas gracias.

Esposo, Padre, Abuelo y Bis Pepe era una persona extraordinaria e inolvidable.

Socas dijo...

José, nunca te olvidaremos. Ha sido un lujo disfrutar de tu experiencia y cariño durante tantas sesiones del Club de Lectura. Aurorita, a él le gustaría que siguieras viniendo a nuestras reuniones. ¡Necesitamos tanto de tu presencia!
Un beso:
Pilar

Anónimo dijo...

Quiero abrir mi comentario agradeciéndoles el homenaje que le han hecho a mi padre, José Beceiro y al mismo tiempo aprovecho la ocasión para hacerles llegar unas palabras que él dijo en los últimos días, cuando ya intuía que llegaba la hora de dar el paso a la nada, palabras que iban dirigidas a todos aquellos que le queremos y le apreciamos "No estéis tristes, pensad que yo soy un privilegiado porque pude llegar a los noventa años, otros quedaron en el camino mucho antes"

Para nosotros, sus hijos y sobre todo para nuestra madre, resulta muy dificil no entristecerse al perder a un joven que el próximo día cuatro de febrero cumpliría 91 años y que además llenaba tanto espacio.

Si él se sentía un privilegiado, nosotros nos sentimos muy afortunados por haber podido disfrutar de su compañía largos años y debemos agradecer a la vida que nos haya dado la oportunidad de despedirnos como lo hemos hecho. Una suerte que otros no han tenido.


Pero la vida es así, tiene un final y siempre nos acaba imponiendo esa realidad; a veces nos creemos que somos capaces de dirigirla, nos parece que la controlamos, que la organizamos, pero solo hasta donde ella nos deja, porque cuando le viene en gana, sin consultarnos, toma sus propias decisiones y nos altera los planes a su antojo y, lo que es peor, nos deja plantados en cualquier esquina.

Pero lo que nunca le vamos a permitir a la vida es que nos imponga el olvido. Por eso es muy de agradecer el gesto que han tenido y pueden tener la certeza de que a él le hubiera encantado leer el texto que le dedicaron. Así que..., siguiendo sus recomendaciones..., "no estéis tristes"
Defender la alegría como una trinchera
defenderla a pesar de dios y de la muerte...

Muchas gracias

Emilio

29 de enero de 2013

Anónimo dijo...

EJEMPLAR



Ejemplar has sido padre,

Ejemplar abuelo y bis,

Ejemplar como marido

Como amigo el más leal



Ejemplar has sido en vida

y después de tu partida,

has dado tanto que hablar,

que por eso en el recuerdo

Tú, sigues siendo Ejemplar


Luís

Anónimo dijo...

Sé desde mi admiración y cariño que no hay una nada para José, sino que Dios le tiene reservado un merecido rincón lleno de paz. Un abrazo a su familia.