martes, noviembre 22, 2011

LA ARMÓNICA DE CRISTAL. TRAYECTORIAS SONORAS




Bienvenidos a La Armónica de Cristal. Hoy, día de Santa Cecilia, recordamos una de las primeras obras de John Cage (1912-1992): Imaginary Landscape Number One (Paisaje Imaginario Número Uno, 1939). Resultaría un relato demasiado extenso en esta página la realización de una síntesis biográfica que un autor de la talla de John Cage merecería (pianista, compositor, poeta, pensador, escritor, pintor, introductor de la música electrónica, del piano preparado, de la Aletoriedad, etc.). Señalaremos, no obstante, que Cage se encontraba residiendo en Seattle por entonces, momento en que conoce a su colaborador, el coreógrafo Merce Cunningham. En esos momentos, Cage manifiesta ya un gran interés  por sonoridades percusivas en el piano, así como la experimentación con el ruido y la frontera entre sonido y silencio. Ya en 1937, en una charla ofrecida en Seattle organizada por Bonnie Bird, el compositor señaló en un artículo publicado años más tarde: "Mientras que en el pasado, la discrepancia estaba entre la disonancia y la consonancia, en el futuro inmediato estará entre el ruido y los así llamados sonidos musicales. [...] El compositor (organizador del sonido) tendrá frente a él no solamente el campo completo del sonido, sino el campo completo del tiempo". ("El futuro de la Música: Credo", 1958). 
La obra que hoy proponemos está considerada la primera composición electroacústica en vivo,  para dos discos de velocidad variable con sonidos sinusoidales pregrabados en distintas frecuencias que se mezclan en directo, más un plato chino y un piano silenciado, formación a la que hay que sumar cuatro actores. La pieza se creó utilizando los medios disponibles en un estudio de la Cornish School de Seattle, durante la época en que Cage residió en esta localidad. La primera interpretación se produjo el 24 de marzo de 1939 en el "Concierto de Danza Hilarante" celebrado en ese centro, en el que participaron John y Xenia Cage, Doris Dennison y Margaret Jansen. Bonnie Bird concibió una coreografía para la obra. También existe como coreografía de Marian van Tuyl titulada Horror Dream. La composición ha sido descrita como un fragmento concebido para su posterior transmisión utilizando registros de frecuencias constantes y variables, mediante la manipulación posterior en la interpretación en directo. En este sentido, el título de Cage es pionero en cuanto que confiere "vida" a una materia grabada, "congelada" (Respighi había incluido sonidos pregrabados de aves en su Pini di Roma de 1924), a través de la ejecución en concierto.
La forma está totalmente definida por la sustancia sonora, determinada por continuos cambios de textura, respondiendo al interés de Cage por la exploración de los límites de sonoridad y contenidos musicales. En este sentido, se trata de la primera de una serie de composiciones que se extiende desde 1939 hasta 1952. Cage persigue lo que define como "extensiones de tiempo". El resultado es de una gran plenitud sonora. Las estructuras rítmicas son organizadas rigurosamente. Las frases repetitivas otorgan a la pieza un carácter procesional, tal como resalta en su comentario de la obra Martin Cotton. El piano silenciado realiza sólo un par de notas, en los registros grave y medio, pero con una sonoridad de gong y un efecto por momentos inquietante. El momento de máxima tensión coincide con el rasgueo de las cuerdas in crescendo. Los tonos de frecuencia sirven de telón de fondo, siendo a veces perceptible el cambio de tono al modificarse la velocidad.
Imaginary Landscape Number One es la primera de una serie de cinco piezas con el mismo título (las siguientes fechadas en 1940, 1942, 1951 y 1952), concebidas para danza, instrumentos de percusión con medios electroacústicos, 12 emisoras de radio con procedimientos de azar y coreografía consistente en combinación de fragmentos de 42 discos de Jazz, respectivamente.


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