El Universo suena. La cuestión de la "Armonía de las esferas" nos ha vinculado con el Firmamento desde la Antigüedad, y, en suma, nuestro "Microcosmos" no es, como explica Platón, sino producto del movimiento del Universo, generador de todos los ritmos vitales. A la petición de incluir más Música en este Blog, respondemos con esta nueva sección, en la que proponemos la lectura y escucha de unos sonidos que, aún pareciendo haberse concebido como ciencia-ficción, no tienen nada de irreal. Algunas de estas partituras han sido utilizadas en cine del género que centra nuestra atención este curso (recuérdese Ligeti, como elemento básico en el discurso narrativo de 2001 Odisea en el Espacio, de Kubrick, por poner un ejemplo). De ahí que incluimos unas músicas que nos conectan con escenarios extraterrenales, o cuyo poder de evocación y expresión trasciende nuestra naturaleza material.
Esta semana abrimos este especial catálogo sonoro con la obra de uno de los grandes compositores del siglo XX: Olivier Messiaen. Maestro, organista, estudioso de repertorios medievales, profundo transmisor de una religiosidad íntima, descubridor de otras propuestas culturales no occidentales, amante e investigador de la Naturaleza y descubridor de posibilidades técnicas fundamentales para el desarrollo de la Música de la segunda mitad del siglo XX. Su obra Tres Pequeñas Liturgias de la Presencia Divina (1944), dividida en tres partes, es un ejemplo de belleza tímbrica, basada en la experimentación, en cuanto que se destina para coro de sopranos, piano, ondas Martenot, celesta y diversos instrumentos de percusión (vibráfono, platos, gong, maracas), junto con una sección de cuerda.Volveremos a Messiaen y a su eterna poética sonora.
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