En esta fecha tan señalada y en circunstancias tan excepcionales os escribimos para felicitaros por todas vuestras lecturas y os animamos a que participéis, como en otros cursos, en las actividades que a lo largo de estos días hemos preparado para conmemorar el Día Mundial del Libro.
Nosotros nos sumamos para celebrarlo hoy pero también durante todo el año.Las relaciones entre Ciencia y Literatura serán las protagonistas en primer lugar de nuestro concurso de fotografía de nuestro Instagram y dela lectura de vuestras obras predilectas. Para conmemorar este Día del Libro os regalamos también este vídeopoema que hemos realizado con mucho cariño y que esperamos os agrade. Podéis descargarlo en Instagram o en la página del Instituto.
Asimismo os invitamos a que visitéis nuestra exposición dedicada al tema de la Ciencia y de la Literatura en la Pintura, de la que os mostramos algunos ejemplos en esta página. Porque, como en nuestros Clubs, compartimos Literatura.
El decálogo imprescindible: los derechos del lector
1. El derecho a no leer. La libertad de escribir no debe ir acompañada del deber de leer. Se evitará considerar a priori a cualquier individuo que no lee, un bruto potencial o un cretino contumaz.
2. El derecho a saltarse las páginas. Uno puede saltarse perfectamente los párrafos, páginas o partes del libro que no le interesan.
3. El derecho a no terminar un libro. Hay 36.000 motivos para abandonar una novela antes del final: la historia no interesa, sensación de haberla leído antes, no gusta el tema... ¿Un libro se nos cae de la mano? Que se caiga.
4. El derecho a releer. Se puede releer simplemente por el placer de la repetición, la alegría del reencuentro.
5. El derecho a leer cualquier cosa. Se pueden leer malas novelas. A cierta edad pueden estimular el saludable vicio de la lectura.
6. El derecho al bovarismo. La satisfacción inmediata y exclusiva de las sensaciones. No porque una joven coleccione novelas rosas acabará tragándose una cuchara de arsénico.
7. El derecho a leer en cualquier lugar. Un ejemplo vale más que mil palabras: el soldado Fulano se presenta voluntario para limpiar las letrinas. Es un trabajo despreciable pero rápido. Un cuarto de hora de bayeta le permite leer las obras completas de Gógol.
8. El derecho a hojear. Coger cualquier volumen de la biblioteca y hojearlo. Se puede abrir Proust, Shakespeare o Chandler por cualquier parte; seguro que proporciona cinco minutos interesantes.
9. El derecho a leer en voz alta. Leer en voz alta para uno mismo o para los otros es un ejercicio estimulante.
10. El derecho a callarnos. Absoluto derecho a no opinar sobre lo que se ha leído.