Buenos días. Finalizamos el curso en nuestro Club de Lectura de Adultos "José Beceiro" con la sesión celebrada el pasado martes, día 11 de junio, dedicada a la escritora estadounidense Curson McCullers. El título escogido para nuestra reunión fue su primera novela, El corazón es un cazador solitario, publicada cuando la autora sólo contaba con 23 años.
La excelente acogida por la crítica de este libro le sirvió a McCullers para ser comparada irremediablementedurante toda su vida con Faulkner, con el que se le adscribió también dentro del estilo denominado "Gótico Sureño", y del que quiso alejarse la escritora. Su biografía, tan condicionada por sus continuos procesos de enfermedad, es una fuente de referencias constantes ya en esta obra, y en todas las siguientes: la soledad, la marginación, las tradiciones, el amor, la música, la miseria, la dignidad, son temas recurrentes, sobre los que se erige, sin embargo, un atisbo de esperanza.
La novela, desarrollada a partir de un relato titulado El mudo, da paradógicamente voz a los que carecen en la sociedad de ella. Son estos seres los protagonistas de sus historias, descritas con sencillez entre el dolor y la ternura, dejando entrever con todos sus matices el retrato de la América profunda. Aunque su breve obra, truncada por su temprana muerte, a partir del giro desencadenado con su novela Reflejos en un ojo dorado fue objeto de gran controversia, la crítica siempre ha destacado su mirada poética, de un hondo lirismo, que sabe extraer de las vidas inadaptadas, rechazadas, de los perdedores.
Os deseamos un muy feliz verano, lleno de los mejores momentos y muy buenas lecturas.
Buenos días. La sesión del Club de Lectura de Adultos "José Beceiro" correspondiente al mes de mayo estuvo dedicada al relato breve. La colección de Gonzalo Navaza Erros e tánatos, un clásico de nuestras letras publicado en 1996, fue el título protagonista de nuestro encuentro.
En este volumen, formado por diez relatos, la sorpresa, el juego y el humor son factores que sobresalen en unas historias convertidas en objetos de experimentación, respondiendo siempre a la "paixón polas palabras" expresada por parte del autor. Como en su poesía, destaca el protagonismo del lenguaje, para describir con una intriga certeramente dosificada, una cotidianidad aparente, en la que realidad e imaginación determinan un mundo de ambigüedad y significados ocultos, sólo desvelados al final.
…Y retomamos la última sección dedicada al viaje del ProxectoTerra a Guimaraes. El siguiente día, por la mañana, visitamos la zona de Couros, donde la guía nos explicó la importancia de este sector durante siglos en la ciudad. Aún se pueden observar los numerosos vestigios que en este barrio se conservan, como los almacenes y secaderos. Desde allí nos internamos en la ciudad medieval, reconocida como Patrimonio de la Humanidad, que estaba protegida por una muralla, conservada dentro de los muros de las edificaciones actuales.
En la considerada primera capital del Reino de Portugal realizamos un juego de preguntas y localización de monumentos en torno a las hermosas plazas de San Tiago y de Oliveira, y la iglesia deNuestra Señora de Oliveira, que ha dado lugar a una de las leyendas más famosas de la ciudad, relacionada con un milagro de la Virgen María. En esta plaza había un olivo que estaba
seco justo en frente de la iglesia. Se colocó en la plaza una cruz
normanda en 1342 y en ese momento el olivo que estaba seco
renació y floreció. La iglesia es lugar de peregrinación a Santiago y colegiata desde el siglo XII. Dentro de la colegiata se ubica el Museo Alberto Sampaio. En la plaza se encuentra también el Padrao do Salado, monumento que conmemora la Batalla del Salado y que está formado por 4 arcos unidos. Dentro del Padrao está la cruz
normanda que
dio origen al milagro del Olivo.
Tras callejear por las señoriales calles y degustar sus reputados dulces conventuales, emprendimos la subida por la Rúa Santa María hacia el castillo de Guimaraes, pasando por el Convento de Santa Clara, hoy ayuntamiento. El castillo, del siglo X, está precedido por el palacio de los duques de Braganza, edificio del siglo XV, y la capilla de San Miguel do Castelo, donde fue bautizado el primer rey de Portugal, Alfonso Henriques. En el castillo penetramos en el patio de armas, ascendimos a sus 8 torres con almenas y entramos en la torre de homenaje.Las vistas de la ciudad desde las alturas son de nuevo espectaculares. Podemos contemplar, entre otras construcciones, la magnífica iglesia de Nuestra Señora da Consolaçao e Santos Passos o iglesia de San Gualter.
Finalizamos en el castillo la visita a esta maravillosa ciudad, de la que sus habitantes dicen que "Aquí nació Portugal".
El decálogo imprescindible: los derechos del lector
1. El derecho a no leer. La libertad de escribir no debe ir acompañada del deber de leer. Se evitará considerar a priori a cualquier individuo que no lee, un bruto potencial o un cretino contumaz.
2. El derecho a saltarse las páginas. Uno puede saltarse perfectamente los párrafos, páginas o partes del libro que no le interesan.
3. El derecho a no terminar un libro. Hay 36.000 motivos para abandonar una novela antes del final: la historia no interesa, sensación de haberla leído antes, no gusta el tema... ¿Un libro se nos cae de la mano? Que se caiga.
4. El derecho a releer. Se puede releer simplemente por el placer de la repetición, la alegría del reencuentro.
5. El derecho a leer cualquier cosa. Se pueden leer malas novelas. A cierta edad pueden estimular el saludable vicio de la lectura.
6. El derecho al bovarismo. La satisfacción inmediata y exclusiva de las sensaciones. No porque una joven coleccione novelas rosas acabará tragándose una cuchara de arsénico.
7. El derecho a leer en cualquier lugar. Un ejemplo vale más que mil palabras: el soldado Fulano se presenta voluntario para limpiar las letrinas. Es un trabajo despreciable pero rápido. Un cuarto de hora de bayeta le permite leer las obras completas de Gógol.
8. El derecho a hojear. Coger cualquier volumen de la biblioteca y hojearlo. Se puede abrir Proust, Shakespeare o Chandler por cualquier parte; seguro que proporciona cinco minutos interesantes.
9. El derecho a leer en voz alta. Leer en voz alta para uno mismo o para los otros es un ejercicio estimulante.
10. El derecho a callarnos. Absoluto derecho a no opinar sobre lo que se ha leído.