martes, junio 01, 2010

JUANA CORSINA

"Decir poeta es decir Juana Corsina", así se expresa el poeta José Cercas en la presentación del poemario Ángulo muerto que ayer se presentó en Ferrol.
Para mí, decir Juana Corsina es decir mi peluquera. Y lo digo con todo el cariño. La vida te da esas sorpresas e igual que en la novela La elegancia del erizo se rompen los estereotipos con la portera del inmueble de París, que es una auténtica filósofa devoralibros. En este caso, con Juana Corsina se rompen también y nos encontramos con una incansable trabajadora que le roba horas a su descanso para plasmar en versos intensísimos sus "sentires", como a ella le gusta decir. Según ella, no tiene más remedio que hacerlo así, pues es una necesidad vital pasar a estrofas sus muy hondos pensamientos.
Todo se vuelve poesía en sus manos: el recuerdo del primer beso, la víspera de aquella Navidad, aquella pareja ante el altar, esa amiga poetisa, su madre, aquella despedida, "los lunes de miseria", enero que pasa "aturdido", su viaje a Egipto, una tarde en el balcón, una procesión de Semana Santa,  su Ferrol del alma...
La poesía es un don, pero también es un trabajo. Ella lo demuestra en su buen hacer métrico. No le asulta la disciplina de una métrica tradicional. Se atreve con todo y especialmente le gustan los retos pues no se queda con la forma más usual de una estrofa (décimas, octavas reales) o serie estrófica (soneto) o no estrófica (romance), sino que ensaya las más virtuosas: romance heróico, soneto con cola, soneto blanco, soneto doblado, soneto con estrambote.
Con ello nos demuestra que, a pesar de tratarse de su segundo poemario impreso -el primero Vaguadas del pensamiento fue autoeditado, no es en absoluto una primeriza. Lleva más de treinta años escribiendo, como nos contó ayer al enseñarnos esos entrañables cuadernos de adolescente. Eso se nota en su hondura de pensamiento y en la lucha titánica por encontrar la palabra feliz, la expresión adecuada. Y es que poesía no es sólo, como decía Machado, "palabra en el tiempo", es también palabra hermosa.

Y para que veáis cuán hermosa, os dejo con un poema que, al tratar de una historia entre adolescentes, espero que os guste especialmente. Os dejo con ella. No olvidéis que tenemos su libro en la biblioteca con una preciosa dedicatoria personalizada para nuestro instituto, al que, por cierto, queremos invitarla un día de estos:

MI PRIMER BESO BLANCO

Atardecía...
me gusta recordarlo.

Uniforme, calcetines, zapatos bajos,
el subconsciente lleno de tabues,
nuestro primer pecado.
Cerramos los ojos
ocultándonos de nosotros mismos
y chasquearon los labios
con sonido de aprendices
jugando a ser mayores.
Dejé de reír bruscamente
cómo si se hubiese
entumecido el tiempo.

Sorprendió mis manos (en un descuido)
mi piel y su piel temblaron.

Cárdenas y dorados
encendieron mis mejillas,
acarició mi frente y sentí
pávidos sus dedos;
aprovechando un hueco entre los dos
coloqué mis libros,
un torpe movimiento carente de sentido
ante el vértigo que recorría mi espalda,
en mi primer beso blanco.

Todo se lo llevó el tiempo.
Atardecía...
me gusta recordarlo.

Siempre recuerdos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Emocionada recibo esta muestra de cariño de: " Pilar Berrio" y del "I.E.S. Catabois"

A veces, las palabras adquieren significados especiales cuando quien las lee
no se cree merecedora de ellas.
La poesía es algo sin lo que no podría vivir y así, humildemente, intento transmitirlo.

Para mí, es un honor compartir con vosotros , a través de Pilar estos momentos de
expectación ante la lectura de mis poemas.
He puesto mucho esfuerzo intentando no defraudar a quien me otorgue el honor de su lectura; por eso, con respeto y cariño os agradezco esta deferencia hacia mis letras.

Permitidme que aproveche este espacio para felicitaros por ese premio del que, la misma Pilar me hizo sabedora.
¡Enhorabuena ! de corazón, porque cuando el esfuerzo recibe su consideración, los aplausos suenan más sinceros y con más ímpetu.

Mi agradecimiento por todo y quedo a vuestra disposición


Biquiños

Juana Corsina